La gran derrotada fue la abstención, a la que llamaron sectores de ultraderecha, nacionales e internacionales. Un diálogo permanente con la oposición, es lo que necesita la nación, reitera el electo mandatario
Alberto Acevedo
Con 5.823.728 votos, que representan el 68 por ciento del total de ciudadanos participantes en los comicios del pasado 20 de mayo, el presidente Nicolás Maduro Moros se aseguró un nuevo mandato de seis años en Venezuela, en los que promete llevar a cabo profundas reformas económicas y sociales, al tiempo que brinda una mano amiga a los grupos de oposición para que, juntos, encuentren las soluciones a la crisis social que vive la nación suramericana.
En una intervención que hizo en el denominado Balcón del Pueblo, en el Palacio de Miraflores, instantes después de conocerse un consolidado de cifras del Consejo Nacional Electoral, Maduro invitó a un diálogo permanente a los diferentes grupos de oposición, “para dejar atrás las peleas y dar paso a la reconciliación con todos los sectores del país”.
El pueblo quiere vivir en paz
Destacó la participación del pueblo venezolano que desatendió el llamado de grupos de la derecha a no participar en la jornada y abstenerse masivamente. “Ha sido una victoria heroica, hermosa, popular y fraguada en la lucha”, puntualizó el mandatario. Dijo que en el próximo período de su gobierno, cumplirá cada palabra de lo prometido en su plataforma, y se dedicará a recuperar los motores de la economía, para avanzar en el desarrollo socio económico de la nación.
Con esta valoración coincidió la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez, al asegurar que la gran derrotada en las elecciones del 20 de mayo fue la abstención, a la que convocó la derecha de ese país. Desde el Comando de Campaña Simón Bolívar, el mismo día de la jornada, Rodríguez destacó la participación democrática del pueblo. “Aquí está la respuesta de un pueblo que quiere vivir en paz”, anotó la constituyente.
En lo que se puede esbozar como las líneas generales de la gestión futura de Maduro, el candidato a la reelección por el Frente de la Patria, en el acto de cierre de su campaña, el pasado 15 de mayo, llamó a votar para garantizar una victoria y “hacer justicia por la guerra económica que le han hecho al pueblo” los centros de poder de la reacción. Dijo en ese momento que si sale favorecido con el voto popular, hará los cambios que garanticen pasar a una etapa de renacimiento y prosperidad económica.
Venezuela, dijo, “necesita grandes cambios, y los vamos a hacer nosotros. Venezuela necesita una gran renovación en los sistemas de producción, comercialización y distribución, y establecer un sistema de precios que se respete y que respete al pueblo”.
Un proyecto socialista
“Necesitamos generar cambios en la producción de bienes en el país, además necesitamos establecer un sistema de precios que se respete en toda la nación. ¡Felicito al pueblo, que no se ha dejado confundir con esta guerra!”, precisó Maduro.
Con la elección del 20 de mayo, sin dudas, se refrendó el rumbo por el que ha optado la mayoría de los amplios sectores sociales de Venezuela, decididos a continuar en su empeño por construir un proyecto de revolución de tipo bolivariano, socialista y cristiano, según los postulados de su fundador el expresidente Hugo Chávez.
Esta opción, desde luego, no es del agrado de actores nacionales e internacionales que emprendieron una recia campaña abstencionista y de descrédito del proceso electoral, insinuando por anticipado que se iba a producir un fraude, que no irían a reconocer el resultado de las urnas y que el presidente Maduro debía apartarse del poder para dar paso, ¡otra vez!, a unas nuevas elecciones, en las condiciones que dicten, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, el llamado Grupo de Lima, y los centros de operaciones de la ultraderecha internacional desde Madrid y Bogotá.
Planes de la derecha
Lo que en realidad sucedió fue que el pueblo venezolano, en forma mayoritaria, salió a votar, en una jornada pacífica y democrática. El resultado de las urnas es el triunfo de quienes respaldan la soberanía nacional del país y la democracia. Los derrotados son, no sólo los grupos de derecha al interior del país, sino los grupos de poder ya mencionados y el terrorismo mediático de los círculos transnacionales.
Los sectores democráticos, una vez asegurado el rumbo socialista de Venezuela, han advertido sin embargo, de los nuevos pasos de la reacción, que no renuncia a sus planes conspiradores. Tras el cuento de una jornada sin garantías, han comenzado a llamar a nuevas ‘movilizaciones’ que ciertamente, no comenzaron esta semana, como lo planeaban. Pero desde Bogotá, Buenos Aires, México y Madrid, se notan reagrupamientos de la derecha, que no se resigna a que el pueblo venezolano viva en paz y democracia.