Como ya se ha discutido en este espacio, un gran número de niños y niñas alrededor del país, se han muerto de hambre; hambre y también sed en el caso de la Guajira, y vale la pena resaltar que no es el hambre que los mata sino la corrupción exagerada que azota al país desde la elite burguesa a la que poco o nada le importa el bienestar del pueblo.
Es un alto porcentaje de niños y niñas que viven en condiciones de pobreza, que incluso, sus progenitores se ven en la obligación de darlos en adopción, de manera informal, por decirlo así, como ocurrió con la niña Sarita quien fue protagonista de las noticias en días pasados, por ser otra víctima fatal del machismo, la pobreza y la indiferencia del Estado hacia las graves condiciones que padecen los niños del país que viven en extrema pobreza.
¿A qué viene todo esto? El tema se trae a colación debido a la polémica a nivel nacional que ha desatado el referendo propuesto por Viviane Morales desde el pasado año, y que busca prohibir que parejas del mismo sexo y madres solteras adopten niños y niñas en condición de abandono.
El famoso referendo discriminatorio ha tocado la sensibilidad de diferentes congresistas que no están de acuerdo con la segregación de grupos minoritarios como la comunidad Lgbti, pero aun así ha salido favorecido en el Senado, aunque aún debe enfrentar un par de debates en la Cámara de Representantes.
Hemos mencionado la situación de pobreza extrema y abandono en la que se encuentra un gran porcentaje de niños y niñas alrededor del país, para hacer una comparación con dicha situación y la incoherencia de la propuesta de la señora Morales que le costará al Estado, nada menos que la suma de 280 millones de pesos, según el Ministro de Hacienda, con la que bien se podría hacer una inversión social a favor de la infancia del país que tanto padece la desidia y la ineptitud de los gobernantes del país del Divino Niño. Peor aún, la señora, dueña de toda moral, advierte para la Revista Semana: “Es una vergüenza que la ideología de género quiera impedir nuestros derechos ciudadanos”, vaya descaro, teniendo en cuenta que la ideología de género no es más que un motivo para transgredir los derechos de las mujeres, niñas y niños del país.
Pero el gobierno declaró su oposición al referendo, por su condición de discriminatorio y asimismo, el senador Juan Fernando Cristo, por considerar que este “va en contra de los derechos fundamentales”.
La senadora Morales afirma que es un acto inmoral oponerse a su referendo, el cual incita al odio y la segregación y llama a toda esa población fanática que defiende el ideal de familia tradicional, para que se manifieste, y todo con el fin de lograr su propósito de quitar más oportunidades de vida digna a los menos favorecidos.