El regreso de ‘Jorge 40’

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Llegada de ‘Jorge 40’ al país luego de cumplir condena en Estados Unidos. Foto Migración Colombia

El antiguo jefe del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, regresó al país luego de cumplir su condena por narcotráfico en Estados Unidos. Ante el extenso expediente criminal, estará por el momento en prisión porque fue protagonista del proyecto paramilitar en el Caribe colombiano. ¿Dirá la verdad?

Redacción Política

Sobre el mediodía del lunes 28 de septiembre llegó al país el exparamilitar Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’, proveniente de los Estados Unidos, país que lo deportó luego de cumplir una condena de 12 años por el delito de narcotráfico.

El último jefe del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, tiene un extenso expediente ante la justicia colombiana que lo tendrá por el momento en prisión. Son cerca de 100 órdenes de captura, más de 140 medidas de aseguramiento y por lo menos cinco condenas judiciales.

Tovar Pupo fue excluido del sistema de Justicia y Paz en 2015, pues se negó a asistir a más de 40 versiones libres a las que fue citado luego de su extradición. Es decir, ‘Jorge 40’ no podrá recibir los privilegios de la justicia transicional que se pactó en el polémico proceso de “desmovilización” de las AUC, que contempla penas alternativas de máximo ocho años de cárcel para los beneficiados.

En septiembre de 2019, Rodrigo Tovar Pupo pidió ingresar a la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, mientras manifestó que en las versiones libres de Justicia y Paz había confesado más de 800 hechos delictivos.

Si bien la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas de la JEP negó inicialmente la inclusión de ‘Jorge 40’ como exmiembro de las AUC; existe la oportunidad de ingresar como tercero responsable del conflicto armado. Si ‘Jorge 40’ decide cumplirle a las víctimas, el país conocerá la verdad sobre la historia del paramilitarismo en el Caribe colombiano.

Cuentas pendientes

En consecuencia, son varias las cuentas pendientes que tiene ‘Jorge 40’ con las víctimas. La primera de ellas es una condena de 26 años por el asesinato del sociólogo y profesor universitario Alfredo Correa de Andréis, crimen cometido el 17 de septiembre de 2004 en Barranquilla.

En segunda medida, Tovar Pupo tiene que responder a dos condenas por el exterminio del movimiento sindical en el departamento de Atlántico. La primera es de 19 años de cárcel por el asesinato de Ricardo Orozco, Carlos Barrera Jiménez y Luis Torres quienes eran miembros de la Asociación Nacional de Trabajadores y Servidores Públicos de la Salud, Anthoc. La segunda pena de 23 años de cárcel que deberá cumplir ‘Jorge 40’ es por el asesinato de Carlos Barrero, también miembro de Anthoc y extrabajador del hospital de Barranquilla.

La tercera condena a ‘Jorge 40’ está relacionada con el asesinato de Valmore Locarno Rodríguez y Víctor Hugo Orcasita Amaya, miembros de Sintraminergética, el sindicato que organiza a la clase trabajadora en la multinacional del carbón Drummond. Los hechos ocurrieron en el municipio de Bosconia, Cesar, el 12 de marzo de 2001.

Finalmente, el antiguo jefe del Bloque Norte de las AUC registra una condena de 25 años de cárcel por la desaparición de Danilo Javier Cabrera Aguanche, Carlos Augusto Ibarra Bernal, Mario Abel Anillo Trocha, Hugo Alberto Quintero Solano, Israel Alberto Roca Martínez y Jaime Elías Barros Ovalle, todos miembros del CTI de la Fiscalía y que para el 9 de marzo de 2000, fecha de la desaparición múltiple en el municipio de Codazzi, Cesar, venían adelantando investigaciones sobre el fenómeno paramilitar en el departamento.

Las masacres

Asimismo, ‘Jorge 40’ tendrá que responder por dos de las 333 masacres cometidas por el Bloque Norte de las AUC en el marco del conflicto armado colombiano. La primera acción se remite a la incursión paramilitar ocurrida entre el 16 y el 22 de febrero del año 2000 al corregimiento de El Salado en el municipio de Carmen de Bolívar, Bolívar.

La Masacre de El Salado, que según la Fiscalía General de la Nación dejó más de 100 muertos y cerca de 280 personas desplazadas forzadamente, fue ordenada conjuntamente entre ‘Jorge 40’, Salvatore Mancuso y Carlos Castaño. La acción armada, considerada como la más sanguinaria en la historia del paramilitarismo, fue ejecutada por al menos 450 hombres pertenecientes al Bloque Norte y al Bloque Héroes de María de las AUC.

La segunda matanza por la que está condenado Rodrigo Tovar Pupo es la llamada Masacre de Bahía Portete, ocurrida en el municipio de Uribia, La Guajira, entre el 18 y 20 de abril de 2004, pocos días después de instalada la mesa de negociación entre el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y las AUC en Santa Fe de Ralito.

Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, el 18 de abril de 2004, aproximadamente 40 paramilitares entran a Bahía Portete, pequeño golfo ubicado en la Alta Guajira colombiana, y con lista en mano torturan y asesinan a 12 personas, de las cuales cuatro eran mujeres. La incursión paramilitar también contempló la profanación del cementerio, el saqueo y la quema de varias casas, lo cual produjo el desplazamiento forzado de más de 600 indígenas wayuu con rumbo a Venezuela. La masacre fue coordinada por ‘Jorge 40’ como comandante del Bloque Norte de las AUC y ejecutada por el Frente Contrainsurgencia Wayuu.

El Bloque Norte

Rodrigo Tovar Pupo nació el 30 de octubre de 1950 en Valledupar, Cesar. Hijo de un oficial retirado del Ejército y miembro de una familia de clase media-alta, comenzó sus estudios en Bogotá donde conoció a Salvatore Mancuso. De regreso a su ciudad natal, se dedicó a los negocios familiares.

Varios medios de comunicación coinciden en que Tovar Pupo ingresó a las autodefensas en el año de 1996, cuando un general del Ejército Nacional reunió a varios miembros destacados de las principales familias valduparenses con el propósito de crear grupos armados en la región. Viajó a Córdoba donde se reunió con Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, convirtiéndose rápidamente en ‘Jorge 40’ comandante del emergente Bloque Norte de las AUC.

La tarea que cumpliría ‘Jorge 40’ sería estratégica en el proyecto nacional que tenía en mente Carlos Castaño. Una vez consolidado el dominio de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, ACCU, en la región del Urabá chocoano y antioqueño, Castaño decidió ampliar la presencia armada de los grupos paramilitares, siendo el norte del país un territorio estratégico.

Efectivamente se conformó lo que se conoció como el Gran Bloque Norte, GBN, que operó en la región del Caribe y Norte de Santander bajo varios bloques sub-regionales, relativamente autónomos, entre ellos los Bloques Córdoba, Héroes de María, Catatumbo y Norte. Salvatore Mancuso se identificó como el comandante del GBN desde su creación hasta diciembre de 2005 cuando se desmovilizó con el Bloque Catatumbo.

Desmovilización y “parapolítica”

‘Jorge 40’ se entregó el 10 de febrero de 2006 en el corregimiento Azúcar Buena del municipio de Valledupar, Cesar. Junto con él se desmovilizaron 4.760 paramilitares, consolidándose como la segunda estructura más grande de las AUC, responsable de casi 20 mil hechos delictivos y que afectaron a más de 25 mil personas.

Es importante señalar que esta estructura armada estuvo soportada por un amplio grupo político, donde se recuerda la bancada de congresistas elegidos como representantes del paramilitarismo en el parlamento y que después del 2006 resultaron investigados, muchos de ellos condenados y privados de la libertad.

En otras palabras, el Bloque Norte y la filtración de su información fue el detonante de la llamada “parapolítica” y que con el regreso de ‘Jorge 40’ no se descarta pueda revivir hasta llegar a la verdad de un fenómeno inconcluso en la historia política del país.

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