De regreso a las cabinas

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Aunque los pilotos decidieron volver a sus labores, sus peticiones no han sido resueltas. Ellos esperan que haya negociación y la empresa por su parte, un tribunal de arbitramento y sanciones a los dirigentes sindicales. Los aviadores continúan con su plan de vuelo inicial: el del respeto a la dignidad laboral y a la organización sindical

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino 

Hace casi dos meses, al inicio del paro de pilotos de Avianca, el presidente de la junta directiva de esa aerolínea, Germán Efromovich, expresó en una entrevista con el diario Portafolio, entre otras cosas que el país debía ajustar las leyes para tener un sindicalismo moderno: “…es decir, una relación trabajo-empresa moderna, que no permita que se quieran beneficiar con cosas que otros no tienen.

“Ahora, en cuanto a la huelga, no permitiremos que avance y usaremos todos los medios legales que tenemos a nuestra disposición para que, no solo se interrumpa esta actitud ilegal e inmoral, sino que los responsables también paguen por eso; no pueden quedar impunes”. Desde el inicio del conflicto, el empresario cazó una pelea con el derecho a la protesta.

Off de record y en tono irónico, uno de los pilotos consultados por VOZ respondió en esa oportunidad que ojalá fuera como en Europa, donde en muchas grandes empresas los sindicatos tienen representantes en las juntas directivas y participan en la toma de decisiones. Pero lo que está en el imaginario colectivo, es que Efromovich se refiere a un sindicalismo patronal o del tamaño de los intereses de los empresarios, como ya hay varios en Colombia.

El alto ejecutivo siempre se mostró incisivo frente a la protesta de sus trabajadores. El pasado 8 de noviembre, le dijo al periodista Yamid Amat que al término de los 60 días que debía durar la huelga, los aviadores tenían que regresar a sus puestos de trabajo y que tomaría medidas contra la dirección sindical. Además, que quienes no volvieran serían despedidos.

Dos días después de esas declaraciones y luego de 51 días de cese de actividades, los pilotos decidieron levantar la manifestación y retornar a sus labores, no sin antes aclarar que lo hacían pero que la negociación debía continuar.

En documento suscrito por el presidente de la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles, Acdac, Jaime Hernández; y por el defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret, como mediador, se explica que esa entidad invitó en dos oportunidades al Ministerio de Trabajo y a las partes a sentarse a negociar, no obstante Avianca declinó argumentando que solo se acogería a las decisiones judiciales y arbitrales en trámite.

La Defensoría también se comprometió a hacer un acompañamiento al retorno a las actividades para velar por el ejercicio de los derechos constitucionales y legales de los trabajadores y sindicalistas, e invitó a la aerolínea a respetarlos, como lo determina la Constitución Política.

Escueto balance

VOZ consultó al abogado laboralista, Nicolás Escandón, para que explicara los posibles desenlaces dentro de los términos legales: “Una vez se cumplan los 60 días que dice el Código Sustantivo del Trabajo para la finalización de la huelga, se espera que las partes lleguen a un acuerdo que depende de su voluntad de negociar. Si eso no pasa, puede haber la intervención de la Comisión Permanente de Políticas Salariales y Laborales. De no haber solución, se convoca al tribunal de arbitramento para que genere un laudo arbitral en equidad. Pero el Ministerio de Trabajo se adelantó en la convocatoria y eso fue una arbitrariedad”.

Entre las lecciones que deja la movilización, se destacan la unidad de poderosos gremios económicos que con el favor de los grandes medios de comunicación trataron de ilegitimar la huelga y de justificar su declaratoria de ilegalidad por parte del poder judicial. Algunos mostraron las pérdidas de Avianca como un daño a todos los colombianos.

Pero también, fue evidente en este y en otros conflictos que involucran capital trasnacional, que desde los distintos poderes del Estado hay funcionarios que se ponen del lado de los intereses foráneos, sin importar las condiciones indignas en las que laboran sus connacionales.

Por otra parte, la solidaridad del movimiento sindical no fue la suficiente si se tiene en cuenta lo que representa este conflicto. Faltaron masivas y contundentes movilizaciones, y otras acciones que presionaran a la empresa a sentarse a la mesa y a respetar la huelga como derecho constitucional, elemento clave en cualquier paro o manifestación de protesta de los trabajadores de uno u otro sector.

Plan de vuelo

Los pilotos regresan paulatinamente a sus cabinas para continuar con su plan de vuelo inicial, aunque con una variación en la ruta, pues los radares no muestran puertos de llegada diferentes y tampoco pierden de vista la terminal de arribo. Esperan los dictámenes jurídicos de instancias nacionales e internacionales, como la Corte Suprema de Justicia que declarará legal o ilegal la huelga, y en la que -según un piloto consultado- no tienen mucha confianza si se tiene en cuenta los altos niveles de corrupción de los poderes del Estado y la capacidad económica del dueño de la aerolínea. Pero también, de la Organización Internacional del Trabajo, OIT; y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, en la que solicitaron medidas cautelares. “El 10 de noviembre salió el informe de la reunión de la OIT y el Gobierno no entregó información sobre el caso nuestro, aunque se la han pedido. El Gobierno se encarga de repetir allá lo que dicen los empleadores”, anotó el aviador consultado, quien por obvias razones pidió la reserva de su nombre.

Para algunos, resistir en el paro era la turbulencia esperada en la ruta, sin embargo ahora creen que la gran tormenta no ha sido atravesada y no la podrán esquivar. Saben que vienen las retaliaciones que con tanta seguridad ha esperado y anunciado el dueño de la trasnacional, especialmente contra la dirección de Acdac. También dicen tener claro que los tribunales de arbitramento no son garantía en el país. Y en su caso, lo argumentan mostrando el nombramiento de Carlos Ernesto Molina Monsalve, quien fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Sala Laboral, y en varios casos falló a favor de Avianca. Aunque no está inhabilitado, no les genera confianza.

En consecuencia, Acdac pedirá la creación de otro tribunal, uno correspondiente al proceso y no el nombrado por el Ministerio de Trabajo, pues aseguran que aún no debía ser designado, porque se hizo antes del término de los 60 días de huelga y de un fallo definitivo sobre su legalidad o ilegalidad.

La ruta es larga y hace poco tiempo decolaron. Y aunque con variaciones porque se pronostica un mal clima en las relaciones con el empleador, Acdac mantiene su plan de vuelo original para llegar a una nueva terminal: la de la dignidad laboral y el respeto a las libertades sindicales.