Renata Cabrales
@RENATARELATA
Diferentes espacios se han creado desde el movimiento de mujeres, con el fin de compartir sus experiencias y buscar soluciones a las problemáticas que más las afectan.
Para las mujeres comunistas es especialmente importante abrir cada año su espacio más emblemático de convergencia, discusión y formación política, que es el Seminario Saber que se sabe. Uno de los objetivos de la edición número 10 del seminario tuvo como fin hacer un emotivo homenaje a la memoria de la filósofa feminista francesa, Simone de Beauvoir, debido a la publicación de sus memorias en la editorial Gallimart, recientemente.
Una de las invitadas al panel político fue la filósofa feminista Adriana Vanegas, quien se refirió a Simone de Beauvoir como un gran referente para la lucha de emancipación de las mujeres, pero, así mismo recordó a otra filósofa importante como María Zambrano, quien, según advierte la panelista, habló de: “ La razón poética”, y explicó que “el concepto de esta frase en María Zambrano nos incita a salirnos del esquema patriarcal de las leyes, de la historia, y a meterle una razón a lo que estamos haciendo. Por eso el nombre del seminario es muy simple: Saber que se sabe. ¿Y por qué el nombre? para meternos realmente en la sabiduría de las mujeres”.
Acerca de los espacios de convergencia política de las mujeres comunistas, Vanegas afirma que: “Lo que hacemos acá es un ejercicio en el que potenciamos la política de las mujeres, por eso no estamos hablando de una cantidad de problemáticas que no podemos resolver, estamos utilizando nuevas maneras de ver el mundo. Al ver la historia de las compañeras farianas en el documental, veo cómo tratamos de mostrar la historia como verdaderamente es. Hemos leído unos textos hermosos sobre cómo las mujeres españolas, en la guerra por la república española, que fueron guerrilleras hicieron una labor extraordinaria en la lucha por su país, España. Eso nos dice todo el trabajo extraordinario que vamos a tener”.
Cuentos de mujeres
No solamente la discusión se centró en la actualidad política, sino que, además, se intercambiaron interesantes apuestas artísticas. En teatro, por ejemplo, la actriz y maestra, María Fernanda Padilla, llevó a cabo un interesante performance acerca del acoso y la violencia sexual que a diario padecen mujeres y niñas en el mundo entero, y que dice, en forma resumida y en nuestras palabras:
Madre: ¡no salgas a la calle!, las mujeres son para estar en la casa, calladitas, y hacendosas. No salgas a la calle, si sales das papaya.
Hija: ¡mamá estoy cansada! Estoy cansada y salgo porque me aburro en la casa, me cansé de estar cocinando, me cansé de limpiar, me aburrí de estar todos los días, de hacer lo mismo; quiero salir, ¡voy a salir a dar papaya!
La historia explica, tomando como metáfora de la sexualidad femenina, la papaya (fruta), que la papaya se come cuando te la ofrecen, cuando está servida. Que no es cierto que las mujeres andan por ahí dando papaya, pues quienes las acosan deben entender que no es no.
Feminismo y poesía
Una de las invitadas al panel político fue la destacada poeta feminista, Flor Yolanda Moreno, quien, a propósito de la maestra homenajeada, afirmó: “Simone de Beauvoir me conquistó cuando yo tenía 20 años. Como muchas acá, pude ir a la escuela pero no logré trascender en mis estudios por aquello de que las niñas se tenían que quedar en la casa para ayudar a cuidar a los varones, para ayudar a construir y a conseguir la leña para que la comida no faltara en la casa. Entonces, fui una afortunada, pues logré ir a estudiar. Recuerdo que mi mamá me dio un cuaderno usado de uno de mis hermanos y rompió un lápiz en tres partes para que todos tuvieran y a mí no me faltara un pedacito. Con ese pedacito me fui a la escuela y empecé a aprender, y a pesar de que mi familia andaba como familia gitana, logré terminar la primaria cuando tenía doce años”.
Sobre el establecimiento patriarcal, advirtió: “Rompí el esquema cultural establecido para todas nosotras, a través de la historia y en los hombros de nuestras madres, de nuestras abuelas, de nuestras ancestras. Creo que muchas pasamos por ese mismo cuento, que debíamos quedarnos en las casas. Desde hace muchos años, las feministas nos dijeron que esas cosas no tenían que ser así. Y en ese mundo del feminismo conocí a Simone de Beauvoir y empecé a repetir todo el tiempo: ¡lo que no se nombra no existe! Peleaba en la casa, en la calle, en la escuela, y así en todas partes, y todavía lo sigo diciendo”.
Y en honor a esa frase, nos comenta la poeta Yolanda, que escribió su poema: Feminismo: El feminismo/es la nueva ciudadanía/ es y hemos sido la mística de la vida/ para que la palabra traduzca mis pensamientos/ y pueda decir lo que pienso/somos clase social / que el mundo no se olvide/ no somos clase de sociales/ni problemas semánticos/somos memoria, universia/somos raíz de organización/no somos monstruos del sexo/ni debemos placer…
Para Yadira (el nombre se ha cambiado por seguridad): “Llegamos al punto que, a pesar de tener en contra toda una campaña de desprestigio contra el movimiento revolucionario, FARC, a partir de los acuerdos de La Habana, se despierta ese interés por la inclusión del enfoque de género. La importancia que tuvo el tema de las mujeres, no fue solo al interior de la guerrilla, para desenmascarar toda esa campaña mediática, sino para decir que vamos por la paz y vamos por esos acuerdos, y vamos a lucharlos. Pero no solamente la paz, sino los derechos de las mujeres.
Advierte la mujer excombatiente, con orgullo por todo lo que se ha logrado al interior del movimiento político FARC, debido al enfoque de género en los acuerdos y el reconocimiento a las mujeres farianas. “Ya todas conocemos cuál ha sido la gran gesta que se dio desde las movilizaciones de las mujeres, para reclamar que se incluyera en los acuerdos las miradas de las mujeres y todos sus derechos. No se puede hablar de la paz si no estamos reconociendo los derechos de las mujeres y así es como se consolida la subcomisión de género. Agradecemos, entonces, que muchas compañeras del Partido Comunista nos visitaron, acompañaron y asesoraron en esta tarea. Y allí empezamos nosotras, al interior de la guerrilla, a mostrar que sí tenemos mujeres comandantes, lideresas, mujeres con muchas capacidades trabajando en función del acuerdo de paz y hablando de feminismo, de nuestros derechos y de cómo luchar contra el patriarcado”, concluye.