Salva un sueño, revienta un globo

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Mónica Vejarano Velandia y Felipe Aldana.

Felipe Aldana es un joven publicista que, por medio de una campaña para recoger fondos, busca apoyar a la Asociación Creemos en ti, ONG que lleva 20 años trabajando por los niños, niñas y adolescentes, que han sido víctimas de violencia sexual, pero que en este momento puede ser desalojada de la casa donde funciona

Renata Cabrales – Anuar Aguirre

“Yo llego a la asociación porque una amiga que trabaja en Creemos en ti, como psicóloga, me dijo que era posible que se quedaran sin la casa donde esta funciona,  y me contó que en diciembre pasado hicieron un banquete para recaudar fondos, pero que aún siguen en problemas y entonces, me surge una idea y ella me dice que hay que contarle primero a las directivas de la asociación y yo voy y les muestro toda la estrategia de la campaña y el concepto, y resulta que les gustó mucho. Fue así como armamos el equipo de trabajo con la relacionista pública y con Ecosocial que es la parte que maneja todos los medios, las redes sociales”, dice Felipe Aldana sobre su campaña de apoyo a la asociación, y continúa: “La iniciativa surge además, porque el tema de abuso sexual me indispone bastante, porque incluso, tengo amigas cercanas que han pasado por eso. Entonces, pienso que además de los niños y niñas, también son importantes sus sueños, pues ellos y ellas quieren sanar, unos quieren ser doctores, quieren ser bomberos, etc., y eso lo llena a uno, ¿y qué pasa cuando tienen sueños? Algo que se identifica con los sueños en la infancia, son los globos, y los globos se elevan, y cuando hay muchos en un lugar, ese lugar tiende a elevarse, recordamos con esto la película UP…Todos estos globos encierran lo que es la ira, la soledad, encierran los sueños de los niños y se los llevan. No queremos que la casa se vaya y por eso necesitamos reventar esos globos para que la casa se quede, pero no solo la casa, sino los sueños de los niños y las niñas, es algo mucho más emocional y que nos llega a todas las personas”.

Salva un sueño, revienta un globo

Sobre la campaña de apoyo, Salva un sueño, revienta un globo, Aldana especifica: “Hay una meta de 200 mil globos que queremos reventar para lograr la meta, incluso ni siquiera es todo lo que vale la casa, pero por lo menos llegamos a cierta parte, pero entre todos nos podemos unir y lo que hicimos fue ponerle un valor a cada globo, pero de un dólar, pues es una moneda más universal y gente de otros países puede aportar…Me sorprende entonces que la ayuda que hemos recibido es increíble, hace una semana tuvimos la caravana con los Jeeperos y ahí hicieron su aporte, hicieron una gran donación y así varios gremios se han ido uniendo a la campaña. Asimismo, la Unitec, universidad donde estudié, escuchó la propuesta y nos van a apoyar”.

Sobre la ONG

En una conversación con VOZ, la doctora, Ph. D en psicología, Mónica Vejarano Velandia, quien dirige la asociación, nos cuenta sobre su trabajo y por qué es importante luchar para que esta no deje de funcionar.

“La asociación Creemos en ti es una ONG que lleva 20 años trabajando por los niños, niñas y adolescentes, y sus familias, que han sido víctimas de violencia sexual. Nos llamamos Creemos en ti, precisamente, porque lo que encontramos, o al menos, cuando yo volví al país, pues viví un tiempo en Estados Unidos, fue que nadie estaba trabajando con los niños abusados sexualmente, y entonces empecé a mirar qué podía hacer para ayudarlos, y es entonces cuando decido crear la asociación. El nombre es muy significativo porque precisamente, a los niños y niñas nadie les cree en los casos de abuso secual y es muy importante llegar a un sitio donde te digan “aquí sí creemos en ti”. Entonces, elegir ese nombre fue fundamental para nosotros”, advierte, la doctora Vejarano.

–Dicen que los niños y las niñas no mienten, pero en estos casos casi nunca se les cree, aparte de esto, ¿cuáles son las principales problemáticas que enfrentan cuando el abuso sexual se da dentro del núcleo familiar?

–Empezamos a atender a los niños, niñas y adolescentes y vemos que además el problema es que hay una transmisión intergeneracional, porque cuando se empieza a trabajar con las familias a partir de genogramas, se empieza a mirar quién es quién en la familia y qué es lo que se ha transmitido de generación en generación y ahí es cuando las familias empiezan a contar, algunas madres cuentan que también fueron abusadas sexualmente y resulta que sus madres y a sus abuelas también. Y entonces, es algo que ha venido sucediendo de generación en generación.

No les creen y les conviene creer que los niños y las niñas fantasean o que solo quieren llamar la atención y claro, uno entiende esto a veces, porque para la familia es muy duro, porque es además un miembro de la familia que lo ha hecho, que ha roto esa confianza familiar, ese lazo que debería impedir que existan esas situaciones. En esos casos, es más fácil pensar que el niño o niña se lo inventó, que malinterpretó, que no entendió lo que sucedió, en vez de aceptar la responsabilidad de ese adulto.

–Estas situaciones pasan también por falta de información o de elementos que puedan tener las familias o las madres que son las más involucradas con la crianza y el cuidado de los niños y las niñas en una sociedad como la nuestra, donde a la madre, por un lado, no se le enseña a generar esa confianza con el hijo o hija como usted decía, al contar todo hay falta de confianza, pero también falta de información de la madre para tratar de identificar cuáles son  esos elementos. Por ejemplo, si llega alguien a la casa y hay un comportamiento extraño en la niña o niño y entonces los progenitores no saben identificar el porqué de su actitud. Entonces, ¿cuáles son esos elementos que deben tener en cuenta los progenitores para tratar de identificar y prevenir el abuso sexual, porque es de considerar que el acceso carnal viene siendo como un proceso final, después de un montón de abusos que van en aumento?

–El tema de la comunicación es muy importante. Si se abre esa compuerta al decirle al niño o niña que cuente todo lo que le pasa, todas sus inquietudes, y que no sea un tema punitivo, entonces, el niño va a sentir más confianza y va a buscar a sus progenitores y estos deben estar muy alertas sobre todo cuando hay muchos cambios de conducta en el niño o la niña cuando está enfrente del presunto agresor. Hablamos por lo general de abusadores hombres y no es porque haya algo en contra de estos sino porque infortunadamente en el caso de abusadores sexuales el 98% es hombre.

Entonces, si la madre o el padre ve que cada vez que llega el primo o el tío, el niño a la niña se orina o se esconde debajo de la cama, o empieza a comerse las uñas y nunca antes lo hacía; esos cambios de conducta deben alertar a los progenitores. Además, el abuso puede ser causado por un compañero del colegio, entonces, pasa que cuando el niño o la niña ya no llega feliz a la casa a contar cómo le fue sino que empieza a callar, ahí toca empezar a notar que algo pasa. Hay un caso que traté, de hecho, de estrato muy alto, en el que la mamá me contó que el niño un día le preguntó: “mami, ¿es normal que un niño le chupe el pene a otro niño? Y ella le respondió que no era normal, y no se alarmó y lo dejó pasar, hasta que se destapó la cosa y encontraron a los dos primos teniendo sexo oral, pero porque al niño inicial lo habían abusado en un club de esta ciudad, la persona encargada de cuidar los casilleros donde los niños se cambiaban para clases de natación.