Se mantiene el deterioro económico

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Carlos Fernández*

En artículos anteriores, hemos venido analizando distintas variables que muestran qué está pasando con la economía del país. El diagnóstico se mantiene en que vivimos un crecimiento muy pobre con riesgo de caer en un proceso de desaceleración en el ritmo de crecimiento e, incluso, con la perspectiva de una recesión a la vista.

El 22 de noviembre pasado, el DANE publicó las cifras del desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) correspondientes al tercer trimestre de 2017. Los resultados muestran que el crecimiento fue de 2% respecto al tercer trimestre de 2016. Cabe señalar que la información sobre el PIB incluye dos elementos: el valor agregado, que es lo que cada sector aporta como nueva producción a la producción de bienes y servicios; y el valor neto de los impuestos pagados menos los subsidios entregados que, al sumarse al valor agregado, generan el PIB. Pues bien, el incremento de sólo el valor agregado fue de 1,6%, resultado mediocre que confirma las previsiones de desaceleración y de crisis mencionadas.

Los que aportan más a la riqueza

Por sectores económicos, el que más aporta al crecimiento es el sector agropecuario. Su crecimiento en el tercer trimestre fue de 7,1%, el cual obedece, fundamentalmente, a un notable crecimiento del 21,2% en el cultivo del café. Pero este crecimiento del sector cafetero está motivado más en el juego de los precios que en la producción física del grano. En efecto, mientras que la producción en toneladas creció en 4,5% entre el año cafetero 2017/2016 y el año cafetero 2016/2015, el valor de la producción en ese mismo período lo hizo en 25,4%. O sea que una eventual destorcida de los precios internacionales haría nugatorio este aporte de los cafeteros a la economía del país.

Los demás

Dos sectores tuvieron un comportamiento positivo para evitar un resultado más pobre en la medición de la riqueza, con una variación, en ambos, del 3,2% respecto al tercer trimestre de 2016. Se trata del sector financiero y del sector de servicios sociales, comunales y personales.

En repetidas ocasiones hemos señalado que el sector financiero no crea valor nuevo para la economía sino que contribuye a la distribución del valor generado en los sectores auténticamente productivos de la estructura económica. Es indudable, de todas maneras, el enorme peso que sigue teniendo el capital financiero nacional y transnacional en las transacciones ordinarias y en las simplemente especulativas. Por su parte, el sector de servicios hace referencia a la administración pública y defensa, a la seguridad social y al sistema educativo y, en el caso de estos últimos, se incluye la actividad mercantil de los negociantes de la salud y la educación. En este sector se incluyen, por último, los profesionales liberales, las asociaciones culturales, deportivas, etc., y el servicio doméstico.

Por el lado de los sectores verdaderamente productivos, a excepción de la agricultura, los resultados son deprimentes: la industria decreció en 0,6%, la construcción bajó 2,1% y la extracción de petróleo y minerales descendió en 2,1%. En este último caso, se discute sobre el carácter productivo que puede tener la extracción de los recursos naturales no renovables, la cual conduce a una pérdida neta de la riqueza del país por tratarse de recusos que no se recuperan y cuya explotación, en gran medida, está en manos de grandes transnacionales que se aprovechan de una riqueza ajena.

Al final del día, nos encontramos una economía que no encuentra su rumbo y que no lo encontrará en la medida en que se mantenga el modelo de desarrollo que liga el futuro, fundamentalmente, al mercado externo, que despoja a la pequeña producción de sus mercados y que mantiene niveles altos de desempleo para mantener bajos los niveles de salarios. Un modelo que le apuesta a la informalidad laboral y que, cuando inicia procesos modernizadores con visos de formalidad, va en busca del manejo de los recursos financieros que se generan en tales procesos modernizadores, los que, en general, pertenecen a los sectores populares. Un modelo que se complementa en lo político con sectores que le ponen conejo a la paz, que acatan lo que diga un extranjero como Efromovich y atacan la organización de los pilotos y sus justos reclamos.

* Investigador del CEIS.