
Más de la mitad de la población colombiana vive con bajos o muy bajos ingresos, mientras dos millones de personas ostentan un alto nivel de vida, ahondando aún más la brecha social. La renta básica y la formalización del trabajo son una necesidad
Iván Posada P.
Solo formalizando el trabajo de millones de colombianos se puede superar la brecha social que tiende a incrementarse en el país. (Foto Marcela Manzo)
El Departamento Nacional de Planeación Nacional publicó en febrero de este año un documento en el cual plantea entre otras cosas, que a causa de la crisis agudizada por la pandemia que azota al país ya hace un año, se espera que suba la pobreza y que la clase media y el sector vulnerable también desmejoren su calidad de vida.
Este informe basado en fuentes como Fedesarrollo y el Banco Mundial, estima que la pobreza aumentaría en 6,3 por ciento al pasar de 35,7 a 42 por ciento. En consecuencia, la llamada clase media y la vulnerable se reducirían respectivamente de 30,4 a 26,5 y de 31,3 a 29,2 por ciento. Estos hallazgos indican que hay un quiebre en la tendencia de los últimos años en la reducción de los índices de pobreza. El panorama que se espera en los próximos años es el siguiente:

El anterior cuadro de la distribución de la población colombiana por clase social, cuyo principal parámetro de medición lo constituye el nivel de ingresos se explica o complementa con la pérdida de empleos en 2020 que alcanzó la cifra de 1,4 millones (Dane 2021). Porcentualmente, el desempleo en diciembre de 2020 se ubicó en 13,4 y en enero de 2021 se incremento nuevamente a 17,3, o sea, 4,1 millones de desempleados en el país.
Complejo panorama
Si sumamos el porcentaje de hogares vulnerables y pobres de acuerdo a la tabla 1, tenemos que componen casi el 72 por ciento de los hogares colombianos, o sea, los millones de familias que sobreviven con un mínimo de ingresos, que las obliga a ocuparse de toda suerte de actividades informales para completar los ingresos para subsistir. Esta franja de población es la que el Estado pretende que sobreviva con ayudas simbólicas. Lo grave es que el sistema de estas ayudas se ha transformado en política pública -el asistencialismo- lo cual se hace insostenible en el largo plazo de continuar el deterioro de los ingresos de la clase popular en general.
En cuanto a la clase media con el 26,5 por ciento de los hogares, tampoco es que la pasen tan bien como suele pensarse. En esta franja de familias está aumentando la pobreza oculta o vergonzante, que tienen que ingeniarse toda clase de maniobras para mantener su nivel de vida como pasar a los hijos de costosos colegios y universidades privadas al sector público; privarse de gastos suntuarios como el turismo etc., además pagan impuestos más altos con respecto al sector popular, etc.
Pobreza urbana
La estadística elaborada por el Dane en 23 ciudades del país indica la alta polarización de los ingresos en el sector urbano. En un extremo, un pequeño porcentaje de población (6,9 por ciento) tiene altos y muy altos ingresos, y en el otro, el sector pobre, vulnerable y de clase media que sumados representan el 93 por ciento de la población, tienen ingresos muy bajos, bajos y medios.

De la tabla 2 se deduce que la población de estas 23 ciudades está concentrada en la franja de pobre, vulnerable y clase media, que en cifras redondas suman 29 millones de colombianos2, o sea, más de la mitad de la población de Colombia. En contraste, la clase pudiente apenas llega a 2 millones de personas con altos y muy altos ingresos. Este indicador, sumado a otros parámetros socioeconómicos terminan por ubicar a Colombia como una de los países más desiguales en el mundo en la redistribución de la riqueza.

Medidas inaplazables
Es necesario pues, intensificar la exigencia al gobierno de aprobar la renta básica como una de las mínimas medidas a adoptar para frenar el deterioro creciente del sector informal y popular, más aún en el contexto de la pandemia. Aparte de la renta básica lo que necesita el país en materia laboral es formalizar el trabajo de millones de familias colombianas.
1[1] $ 327.000 pesos es la línea de pobreza monetaria tomada como parámetro en 2019. (D.N.P.)
2[1] Tomando como base del cálculo 1 familia = 4 miembros.
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