¿Cómo será el Brexit de Boris Johnson?

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Nutrida manifestación en Londres contra la salida de Gran Bretaña del bloque europeo.

Internamente toma fuerza un movimiento pro europeo, que ha hecho grandes manifestaciones en Londres y reclama revertir la discusión separatista y permanecer dentro del bloque

Alberto Acevedo

¿Vamos a preparar al país para salir de la Unión Europea el próximo 31 de octubre”, dijo al momento de su posesión, el pasado 24 de julio, el nuevo primer ministro de la Gran Bretaña, Boris Johnson, y comenzó a dar los primeros pasos en esa dirección.

Dijo también el nuevo premier que una de sus prioridades será unir al país, para terminar con las diferencias que existen entre distintas facciones políticas y asumir juntos los retos que implican abandonar el bloque europeo. Inclusive, no descartó la posibilidad de suscribir tratados de libre comercio con Estados Unidos o China, en lo que podría interpretarse como un esfuerzo por superar una situación de aislamiento comercial.

Proeuropeísmo

Pero ninguno de esos objetivos parece fácil de alcanzar por el gobernante. En realidad, Boris Johnson se encuentra frente a la misma encrucijada de su antecesora Theresa May: refrendar su posición en las urnas y, previo a esto, conseguir que su fórmula de acuerdo con la Unión Europea, si es que la hay, sea aprobada por el parlamento, un respaldo que no tiene. De hecho, en tres ocasiones anteriores, la Cámara de los Comunes le negó esa posibilidad a May.

Johnson nombró un gabinete claramente en favor del Brexit, y una composición cosmopolita, con varios ministros de ascendencia extranjera. Un gabinete pensado para salir, de la manera que sea, de la Unión Europea. El premier representa el ala dura, la más conservadora de su partido, que aboga por un Brexit duro, y lo más probable es que llegue a la fecha límite para abandonar el acuerdo de cooperación con la Unión Europea sin lograr un consenso con Bruselas.

Una posibilidad con la que antes no se contaba, es que la nueva presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ofreció alargar el plazo de salida del Brexit de la Gran Bretaña. La cosa es que internamente, toma fuerza un movimiento pro europeo, que ha hecho grandes manifestaciones en Londres y reclama revertir la discusión separatista y permanecer dentro del bloque.

De hecho, crecen las voces escépticas sobre el futuro de la Gran Bretaña. Johnson, por ejemplo, no dice cómo va a cubrir un déficit de 30 mil millones de euros anuales, a los que asciende el primer impacto al producirse el Brexit, que puede ser más gravoso si se da una salida sin acuerdo. El comercio será con barreras y aranceles que hoy no existen.

Brotes de miseria

Londres importa la mitad de los alimentos que consume el país. Y todas las importaciones sufrirán un considerable encarecimiento, al someterse a las reglas de la Organización Mundial del Comercio, OMC, y no las del bloque europeo, más generosas. Esto produciría un desabastecimiento de productos de primera necesidad, un caos aduanero y golpearía el empleo. Sin contar con que, de acuerdo a cifras reveladas la semana pasada por el Instituto Legatum, alrededor de cuatro millones y medio de británicos viven en condiciones de pobreza extrema; siete millones en condiciones de “pobreza persistente”, de los cuales 300 mil son niños. Esto es, un siete por ciento de la población inglesa.

El influyente escritor y exparlamentario inglés, George Galloway, duda que Johnson sea la solución a los problemas del Reino Unido: “Tendría que estar loco para pensar que Boris Johnson es la respuesta a los críticos problemas por los que atraviesa el Reino Unido. Johnson es la encapsulación perfecta de todos los vicios de la élite del país”, asegura el analista.