Sin ambigüedades

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Carlos A. Lozano Guillén

Carlos Gaviria Díaz decía que la izquierda debe actuar sin sectarismo, pero sin ambigüedades. Con ello quería decir que el criterio de amplitud y tolerancia era propio de la izquierda, pero sin ceder en los principios fundamentales que desdibujan su identidad. La izquierda tiene unos principios esenciales, éticos y filosóficos, irrenunciables. No son aceptables las veleidades en las posturas ideológicas.

Es un ejemplo a seguir, con mayor razón por la izquierda marxista que tiene principios revolucionarios sustentados en la ideología. Carlos Gaviria no era marxista y sin despreciar la dialéctica era más bien un racionalista de izquierda, pero tuvo claridad de los objetivos y de la ética en la política.

En estos días de profundos cambios y de aceleración de la lucha de clases a nivel internacional, la atención de los capitalistas y de la derecha internacional está puesta en la República Bolivariana de Venezuela, donde el proceso de cambios resiste y se fortalece en la lucha popular. Un columnista de El Tiempo, de posición derechista, se quejaba hace unos días por el “silencio cómplice” de la izquierda frente “a los crímenes de Nicolás Maduro”. Algunos y algunas, que se identifican de izquierda, salieron a aclarar sus posiciones y a marcar la diferencia con el “régimen bolivariano”. Izquierdistas vergonzantes que se dejan amedrentar de los derechistas que a ultranza quieren derribar la revolución bolivariana. Algunos que se proclaman izquierdistas, en Venezuela y en el exterior, arremeten contra el gobierno de Maduro y respaldan, de hecho, a los golpistas orquestados desde Washington. En el fondo aprueban la intervención de Estados Unidos tan anunciada, pero rechazada por potencias como la República Popular China, Rusia, República Popular y Democrática de Corea e Irán, entre otras.

En los temas esenciales no puede haber equivocación y menos oportunismo, decía Manuel Cepeda. En Colombia, donde la “gran prensa” destroza la imagen bolivariana, algunos consideran que atacar a Maduro y a la revolución bolivariana da votos; otros guardan silencio, ese sí cómplice. La línea no la pueden dar los columnistas de la “gran prensa”. El domingo pasado en Noticias Uno, la “red alternativa” como se proclama, en la habitual andanada contrarrevolucionaria de cada fin de semana desde que se agudizó la contradicción en el vecino país, presentó la intentona golpista en Valencia como un autogolpe, a pesar de las imágenes y los discursos de los protagonistas, detenidos por la Guardia Nacional Bolivariana. La campaña es dura y difícil, pero no puede haber vacilación sino entereza. En Venezuela los revolucionarios retoman la iniciativa para defender las conquistas de la revolución. ¡Debemos acompañarlos sin ambigüedad!

carloslozanogui@outlook.es