Sistema educativo racista y excluyente

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Movimiento de las comunidades afrodescendientes exigen derechos.

Aiden Salgado Cassiani

El presidente Juan Manuel Santo Calderón, realizó hace unos 15 días el último cambio de gabinete para finalizar su segundo mandato, y aunque pase desapercibido en esos cambios para la sociedad colombiana y allí puede estar una de las principales armas para combatir el racismo y la discriminación racial, ya que en uno de esos espacios colocó a una persona afrocolombiana, Jorge Eliécer Lara Palacios, quien ocupa el cargo de director general del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación, Icfes.

El cargo del señor Lara puede ser el más importante nombramiento de las comunidades afrocolombianas en la historia de la representación nacional en el estado, si lo sabemos aprovechar y lo entiende bien el nuevo funcionario de esa cartera, ya que desde este espacio el pueblo negro puede conquistar o poner en práctica un cúmulo de reivindicaciones que históricamente hemos tratado de alcanzar en el sistema educativo que después tendrán implicación en el comportamiento de la sociedad colombiana.

Las implicaciones o cambio social que desde la educación podemos alcanzar hacen parte de la conclusión del evento que considero el inicio del movimiento social afrocolombiano en el sistema educativo, que dice: En Colombia existe el racismo no declarado, pero creado, fomentado y sostenido por el mismo sistema que, que con la enseñanza educativa, alimenta la incomprensión de la realidad que genera el prejuicio racial que va a determinar comportamientos generales o individuales que traen consigo conflictos que afectan las oportunidades en el desenvolvimiento económico de unos mientras los torna propicio para otros.

Esta conclusión de ese evento plantea la necesidad de una nueva historiografía que cuenta la vida del país con otros actores de forma positiva, y fue lo que más adelante se apropia el movimiento afrocolombiano, en especial las personas cercanas al sistema educativo, que es la cátedra de estudios afrocolombianos. Con la incorporación del aporte de África y su diáspora a la humanidad y en especial a Colombia. Esta iniciativa tuvo bastante avance cuando el 1995 se expide, por presión de los grupos étnicos, el decreto 804 sobre etnoeducacion, y más adelante el decreto 1122 sobre la cátedra de estudios afrocolombianos; que a la fecha de hoy tiene avances, pero no lo suficientes para realizar los cambios pertinentes en el sistema educativo.

Ahora bien, donde radica la importancia del cargo de Lara Palacio, que es el ICFES la institución colombiana encargada de realizar y organizar la prueba de Estado, la cual se utiliza para evaluar el conocimiento obtenido por los estudiantes de bachillerato, al finalizar los estudios secundarios, y es el medidor para acceder a muchas universidades del país públicas y privadas, por medio del resultado de esta prueba se seleccionan anualmente 10.000 estudiantes de bajos recursos a quienes el Estado les paga los estudios universitarios (ser pilo paga), la bandera del actual gobierno para ampliar cobertura en la educación superior.

Entonces la ideas y el planteamiento de estas líneas es que si en el Icfes, en la estructura del examen de Estado coloca un componente étnico, afrocolombiano e indígena, obliga a que los colegios deban preparar a sus estudiantes en esta área de conocimiento, ya que los buenos resultados de estas pruebas les trae incentivo en recursos materiales y económicos, con ello no queda a disposición de los profesores la enseñanza étnica ni a la voluntad de las directivas; y yendo más allá, es necesario que en las comunidades con idiomas originarios o diferentes al español, las pruebas tengan esto presente obligando que sea incorporado ese idioma como segunda lengua y no solo el inglés, como hoy se hace, es decir que se realice una prueba de Icfes diversificada que responda a la composición de la población colombianas.

Como ejemplo que, si es posible, recuerdo que hace tiempo se realizaron pruebas Icfes donde había una opción de profundización electiva de nombre etnoeducación a finales de los 90, que por arte de magia que yo llamo racismo y discriminación, desapareció.

Con esta reforma a la aplicación de la prueba se crean herramientas para combatir el racismo y la discriminación racial en un sistema educativo colombiano racista y excluyente.

Desde el palenque de San Basilio un cimarrona todavía.

latrombosis@hotmail.com