Sobre la alocución presidencial de Iván Duque (Cali, 28 mayo)

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Iván Duque, presidente de la República

Sergio García

  1. Es un discurso que equipara la violencia del Estado y su vulneración de derechos humanos con el de la defensa de las clases populares. No matiza el hecho de que es el Estado quien tiene la función constitucional de proteger y garantizar los derechos humanos, lo cual hace mucho más grave que sea el Estado mismo quien violente y los vulnere.
  2. Se habla de “máximo despliegue de asistencia militar” como fórmula “pasiva” y light de la militarización y la declaratoria del estado de conmoción interior. Lanza a los altos mandos militares, con capacidad de conducción, pero sobre todo, al ala militarista de las Fuerzas Armadas.
  3. El “desbloqueo como medida de protección de todos” es la intención explícita de levantar el Paro a sangre y fuego. Va a ser en la práctica lo que ya ha pasado, pero de forma intensificada: la alianza y connivencia entre militares, fuerzas represivas y paramilitares, bajo un discurso de civismo, respeto a las instituciones. “No se puede rechazar el despliegue de la fuerza pública”.
  4. La defensa de “todos los activos estratégicos de la nación” es un mandado del empresariado nacional: el aparato productivo, principalmente los grandes conglomerados, tienen que reactivarse a como dé lugar. Es la respuesta de clase al llamado del Consejo Nacional Gremial y de los distintos sectores de la economía: recuperar la producción y la circulación de la fuerza de trabajo/mano de obra.
  5. Ya es inocultable la dependencia de los gobiernos subnacionales frente al autoritarismo del gobierno nacional. La presencia del Alto Mando y la cabeza de gobierno significan una cosa: la recentralización y concentración de responsabilidades administrativas, políticas, militares y policiales en el gobierno nacional. Es, en suma, la forma estatal predominante.
  6. Es menester de los sectores democráticos y populares desenmascarar este estado de conmoción interior, que ha sido disfrazado de colaboración entre niveles territoriales. Y no solamente denunciarlo, sino arreciar la movilización en clave de solución política a la crisis social por la que pasa el país.
  7. Es clave avanzar en un ejercicio organizativo que permita recoger los acumulados de este proceso movilizatorio, y enarbolarlos de cara a la constitución de un “Pacto Histórico para transformar a Colombia”, como frente popular que movilice y ordene la resistencia y la alternativa antifascista y anti neoliberal en el país.