Sergio García
- Es un discurso que equipara la violencia del Estado y su vulneración de derechos humanos con el de la defensa de las clases populares. No matiza el hecho de que es el Estado quien tiene la función constitucional de proteger y garantizar los derechos humanos, lo cual hace mucho más grave que sea el Estado mismo quien violente y los vulnere.
- Se habla de “máximo despliegue de asistencia militar” como fórmula “pasiva” y light de la militarización y la declaratoria del estado de conmoción interior. Lanza a los altos mandos militares, con capacidad de conducción, pero sobre todo, al ala militarista de las Fuerzas Armadas.
- El “desbloqueo como medida de protección de todos” es la intención explícita de levantar el Paro a sangre y fuego. Va a ser en la práctica lo que ya ha pasado, pero de forma intensificada: la alianza y connivencia entre militares, fuerzas represivas y paramilitares, bajo un discurso de civismo, respeto a las instituciones. “No se puede rechazar el despliegue de la fuerza pública”.
- La defensa de “todos los activos estratégicos de la nación” es un mandado del empresariado nacional: el aparato productivo, principalmente los grandes conglomerados, tienen que reactivarse a como dé lugar. Es la respuesta de clase al llamado del Consejo Nacional Gremial y de los distintos sectores de la economía: recuperar la producción y la circulación de la fuerza de trabajo/mano de obra.
- Ya es inocultable la dependencia de los gobiernos subnacionales frente al autoritarismo del gobierno nacional. La presencia del Alto Mando y la cabeza de gobierno significan una cosa: la recentralización y concentración de responsabilidades administrativas, políticas, militares y policiales en el gobierno nacional. Es, en suma, la forma estatal predominante.
- Es menester de los sectores democráticos y populares desenmascarar este estado de conmoción interior, que ha sido disfrazado de colaboración entre niveles territoriales. Y no solamente denunciarlo, sino arreciar la movilización en clave de solución política a la crisis social por la que pasa el país.
- Es clave avanzar en un ejercicio organizativo que permita recoger los acumulados de este proceso movilizatorio, y enarbolarlos de cara a la constitución de un “Pacto Histórico para transformar a Colombia”, como frente popular que movilice y ordene la resistencia y la alternativa antifascista y anti neoliberal en el país.