Teatro para esclarecer la verdad

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Ensayo de la obra que presentará la Comisión de la Verdad como parte transmediática del informe final

Una pieza artística construida por iniciativa de la Comisión de la Verdad y la Mesa Nacional de Víctimas, se presentará como componente transmedia del informe final de esta institución creada por el Acuerdo de Paz

Mónica Andrea Miranda Forero
@Emedemoni_

La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, CV, y la Mesa Nacional de Participación Efectiva de las Víctimas estrenarán en privado una obra de teatro protagonizada por jóvenes víctimas del conflicto armado, que hará parte del componente análogo y transmediático del informe final que espera presentar la institución que emergió del Acuerdo de Paz en el próximo año.

El objetivo principal de la dramaturgia es rescatar la memoria y hacer visibles los efectos del conflicto armado en varias generaciones con el fin de dar un mensaje de transformación y reconciliación. El semanario VOZ habló con Jhon Jairo Romero, coordinador entre la Mesa Nacional de Víctimas y la Comisión; y con Nelson Celis, actor y director quien se encuentra guiando la obra de teatro.

Producción: Algo se está cocinando

¿Por qué deciden hacer una obra de teatro como producto final del informe que están presentando?

Jhon Jairo Romero: Porque una obra de teatro transmite mayor sensibilidad a las partes y además logra adaptarse al espacio multimedia. Es algo que se va a poder seguir viendo con todas las emociones que ello implica, con el uso del cuerpo y de la voz como instrumentos para transmitir un mensaje.

¿De qué trata el relacionamiento entre la Comisión de la Verdad y las víctimas?

JJR: Básicamente es escuchar a las víctimas y plasmarlas en el informe. Para la Comisión lo más importante es la no repetición a todas estas situaciones. La idea es rescatar el trabajo de sistematización que se presenta en las emociones, tanto de la obra de teatro como en todos los espacios en los que tenemos escucha. La Comisión de la Verdad en temas del conflicto armado, intenta que las futuras generaciones y las actuales conozcan toda la información correspondiente para la construcción de un nuevo país.

¿La obra estará abierta al público?

JJR: Por el momento no. Solamente tenemos invitadas 80 personas como aforo máximo por la emergencia sanitaria que estamos viviendo. Además, tenemos invitados especiales que queremos que asistan, como congresistas y senadores de diferentes partidos políticos, entonces por esta vez la entrada va a ser limitada. No vamos a permitir que se juegue con la Comisión invitando solo a una coalición o a un partido político por una obra de teatro que nace desde el corazón.

¿Qué ha sido lo más difícil al momento de producir esta obra?

JJR: Nos ha pasado de todo. Una de las cosas más difíciles ha sido conseguir los recursos económicos. Otra de las cosas complicadas fue que, en medio de la pandemia, quienes participaron enviaran sus escritos para poder trabajarlos, que se conectaran a ensayar, por esto mismo hubo gente que entró y salió por distintas razones. Necesitábamos tener así fuera una semana de ensayo presencial, pero no había presupuesto para esto.

Empezar desde cero

¿Cómo fue el proceso de creación de la obra?

JJR: La obra nace con unos escritos que presentan diferentes jóvenes de sus vivencias como víctimas directas e indirectas del conflicto armado y de estos escritos nace el relato de la obra. Yo no he querido estar muy a profundidad en los ensayos ni verlos completos porque quiero que me sorprenda la dirección de Nelson.

El Foro Internacional de Víctimas, a través del consejero Ramiro Sandoval, juega un papel muy importante pues él es quien hace como director del teatro de Nueva York todo el esquema para montar la obra, de hecho, fue él quien hizo los primeros ensayos con la gente que participa, que fueron quienes quedaron seleccionados en el exterior, porque Argentina y España manejan un plan de liderazgos.

Queríamos una continuidad en Centroamérica, entonces nos abrimos hacia Costa Rica, además tenemos en la pieza una gran variedad de culturas y de vivencias que se plasman en relatos. Es importante decir que a estas personas que actúan en la obra, las escogieron desde la Mesa Nacional de Jóvenes para que representaran sus historias. Son cinco por el territorio nacional y tres por el extranjero.

Charla con el director: De puertas para adentro

¿Puedes adelantarnos algo de la obra?

Nelson Celis: El grueso de la obra son las narraciones de las víctimas, entonces lo que hace el dramaturgo es coger los relatos que escribieron y hacer la metáfora alrededor de una estrella de mar y su capacidad de regenerarse, todo está enmarcado en ese símil. Hay unos diálogos, pero el grueso de la obra son narraciones propias alrededor de la regeneración y de la fuerza para hablar y recordar, entendiendo la importancia de la memoria para la no repetición. La mayor parte son monólogos, sí hay unos diálogos, pero muy oníricos, no cotidianos.

¿Cuál es el mayor reto de dirigir esta obra?

NC: Que como las personas que actúan no tienen formación en esto, entonces tocó empezar por hacer un entrenamiento virtual de la voz y del cuerpo. Han sido como tres meses donde solo nos hemos visto a través de una pantalla tres veces por semana, realizando ejercicios físicos y vocales y trabajando alrededor de escenas del teatro universal para que tuvieran un acercamiento al texto y a la palabra de una manera distinta a la cotidiana.

Además, en el teatro es muy importante el contacto, el conocer a la otra persona, el saber cómo se mueve, qué le gusta, qué hace, qué le pone feliz o triste. Pero creo que logramos hacer un trabajo bien en el proceso que llevamos. Nunca la pretensión ha sido que hagan o interpreten un personaje, porque finalmente ellos y ellas son protagonistas de su propia historia.

Fue un proceso completo porque al momento de narrar la historia, pues no le meten gestos ni sentimientos, es su historia normal, sin exageraciones, pero cuando le damos un giro poético y cogemos las palabras y las decimos de otra manera, pues la cosa cambia. Optamos entonces por hacer algo más estático, con escenografía donde quienes actúan tengan una exigencia vocal y física más impactante y en esas estamos. Es un trabajo muy humano. A través de sus historias les están dando voz a muchas personas que no tienen posibilidad de hacerlo.

Teatro como resiliencia

En teatro es muy importante la emocionalidad ¿Cómo se logra manejar esto a través de una pantalla?

NC: Hay que empezar diciendo que no es la primera vez que hago proyectos de esta índole con jóvenes que tienen historias muy fuertes. Al comienzo hubo momentos donde era inevitable no llorar por recordar y tener que apagar la cámara, secarse las lágrimas y seguir porque tampoco se pude ser indiferente frente a lo que sucedió. Pero eso también creó lazos. Nosotros no nos conocíamos, pero cuando nos vimos, fue como si nos conociéramos de toda la vida. Estamos muy felices por esto.

¿Cómo hacer una obra sobre víctimas sin caer en la revictimización?

NC: El teatro habla del ser humano desde siempre. A modo de anécdota, uno de los textos que escogí lo empezó a leer una chica y no fue capaz de terminarlo porque la narración habla sobre la muerte del hermano y ella se sintió identificada. El recordar y el reconstruir hace parte de una resiliencia que va sanando y va haciendo más fuerte a la persona, pero siento que hemos logrado algo de sanación desde el arte y eso es maravilloso. Se están dando cuenta que más que víctimas, son jóvenes que tienen una voz y un cuerpo que hace más de lo que piensan, una sonrisa con la que pueden cambiar el mundo.