Una modista de profesión y trabajadora por los derechos humanos aspira a representar la región del Urabá en el próximo Congreso
Hernán Camacho
@camachohernan
Esneda López, es viuda, madre de dos hijos, y abuela de tres nietos. Trabaja como modista para ganarse la vida y hace trabajo social como defensora de derechos humanos para ganar dignidad. Con la modistería se concentró en la solución de los problemas. Se describe como rumbera, tiene amigos del corazón, es descomplicada y sobre todo una mujer que quiere cambiar las realidades de Urabá. “Yo soy candidata a la Cámara por Antioquia pero lo que en realidad queremos con esta candidatura es representar a la gente del Urabá antioqueño, que ha tenido muy poca representatividad en el parlamento”, dice Esneda López.
–¿Por qué representar a Urabá?
–La región de Urabá es la esquina de Colombia. Y ha sido estratégica para los grupos al margen de la ley, las bandas paramilitares, las multinacionales que aspiran a llevarse el coltán, el carbón, el oro y el petróleo de los territorios. Urabá tiene tanta riqueza como pretendientes que la quieren a las buenas o a las malas, pero también tiene ríos muy importantes para la región y nos estamos oponiendo a que las multinacionales saquen el oro a costa de la sed de los antioqueños. San José de Apartadó es el nervio de la región, y si dejamos que se apropien de esa riqueza a la vuelta de una década vamos a respirar solo monóxido de carbono y contaminación. Por eso es que es tan apetecida la región.
–¿Revive la UP en Urabá?
–Nosotros éramos uno de los regionales más grades de la Unión Patriótica, allí sacamos concejales y alcaldes, fuimos la primera fuerza política del municipio, pero llegó el genocidio y esa tierra quedó a merced de la politiquería tradicional, del recientemente popularizado narcotráfico y de los grupos de poder que manejan esa región. Y eso nos dejó que la gente nos recordara con dignidad y decencia. Nosotros hicimos desarrollo social para la época, mientras que las fuerzas políticas tradicionales nunca han hecho nada para darle soluciones a las necesidades del pueblo.
–Para los tiempos de corrupción que vive el país, la UP tiene suficiente autoridad moral.
–No ha habido un alcalde o un concejal que hubiera tenido una investigación por malversar dinero público, por quedarse con el dinero o simplemente robar por robar. Nosotros tenemos la posibilidad de mirar a los ojos a quien sea, pues no tenemos tachas en nuestras hojas de vida. Por eso podemos hablar en contra de la corrupción. Cuando nosotros éramos poder local nos cambió la vida, pero no en las proporciones que escuchamos hoy, con alcaldes que construyen mansiones en su periodo o que resultan como contratistas de obras que ellos o sus amigos de gobierno ordenaron, no. A nosotros nos cambió la vida porque dejamos de ganar un salario mínimo a ganar tres o cuatro, pero ningún alcalde de la UP salió millonario de su cargo.
Antioquia
–¿Cómo va a ser la campaña de la UP en Antioquia y en Urabá?
–Con las personas que me ayudan definimos que la campaña va a ser de calle, con el apoyo de las organizaciones sociales. Quienes conocemos la región sabemos que se mueven mucho los votos con el método tradicional de comprar conciencias. Nosotros intentaremos convencer conciencias con ideas, pero plata para reuniones, sancochos o rifas, es imposible. Seremos austeros por obligación y por convicción. Ya me contactaron los jóvenes que me han dicho “en usted confío”, así que los jóvenes también se van a sumar a este esfuerzo sin plata. Y si las comunidades piden sancochos pues hacemos reuniones en la noche.
–¿Su nombre es bien recibido en Urabá?
–“Esa señora es seria”, a mí me conocen desde el año 1989 cuando ingresé a la Unión Patriótica y desde esa época no hemos cambiado nuestra razón de ser, gente comprometida con la comunidad y sin una acción politiquera de prometer cosas y cosas o de ganar las elecciones con acciones fraudulentas. Nosotros somos UP y la gente nos reconoce por ser los que hacemos la política distinta, y en estos tiempos la política distinta es ser decente y honrados. La campaña a la alcaldía pasada en Urabá se convirtió en fiestas populares en donde sus invitados van a ver qué se ganan en las rifas y en los espectáculos que venden. Son campañas cuyo despilfarro de dinero se nota por encima, así como la trampa, por ejemplo con algunas autoridades electorales que vienen de pueblos en donde se ha probado fraude.
Propuestas
–¿Su propuesta como representante de los antiqueños en el Congreso?
–La necesidad básica es proteger el medio ambiente. No podemos permitir que las multinacionales arrastren con lo que no es de ellos, y que nos dejen los socavones como herencia para nuestras futuras generaciones. Ese asunto ya es un tema nacional que nos obliga a hacer una política de minería decente que sea sostenible con el medio ambiente y que le deje a esos municipios participaciones económicas mejores que las que deja ahora mismo esa minería.
–El país se estremeció hace poco por la protesta de los habitantes de Urabá por causa de los peajes. Cuéntenos ¿cómo fue eso?
–La pelea será por los peajes. A nombre de quién o por qué razón nos imponen peajes a los trabajadores de la región para movernos por donde nos hemos movilizado libremente. Los peajes son un invento que favorece a las multinacionales ubicadas allí y que perjudica la vida diaria de quienes transitan por trabajo de un extremo a otro de la región. Es una pelea comunitaria que no se puede convertir en un fortín político y por eso las protestas de los últimos días fueron un levantamiento popular. No es justo que cinco peajes se impongan en la región.