Manuel Velandia
@manuelvelandiam
El desconocimiento de los periodistas sobre las sexualidades no es una excusa para hacer titulares y notas LGTBIfóbicas. El periodista Andrés Hernández fue uno quienes llamó la atención al respecto, en su trino se lee “Le solicito a @lafm y a su director Luis Carlos Vélez, pedir disculpas públicas, en medio de una tragedia sacan toda su fuerza discriminatoria contra la víctima solo por ser una mujer trans”.
El periodista de la FM título “Hombre murió tras disparo de militar en medio de retén en Miranda, Cauca”. El problema es que no asesinaron a un hombre, sino que asesinaron a una mujer trans. Hay una gran diferencia entre ser un hombre y ser una mujer. Ya hemos hablado muchas veces de que Colombia existe una ley antidiscriminación, pero los periodistas parecen no ser claros o quieren no ser claros y escogen ser transfóbicos.
Una historia de continua lucha
La lucha por el reconocimiento de las identidades de géneros, cuerpos y orientaciones sexuales en Colombia no es nueva. Iniciamos el movimiento de Liberación Homosexual en Colombia en 1977 y en 1982 hicimos la primera marcha. Tenemos todos los derechos lo que nos hace una los países más avanzados en el tema jurídico en el mundo, pero como bien lo asumíamos con León Zuleta, la norma legal no cambia la cultura, lo que debe cambiar son las relaciones sociales; sólo en unas nuevas relaciones sociales cambiarán la sociedad y la cultura.
En 1979 nació la Sociedad Colombiana de Sexología – SCS –. En 1982, el año de su creación, la Sociedad Bogotana de Sexología organizó un curso básico de sexualidad humana con el apoyo del CRESALC que se dictó en el mes de octubre en Bogotá, en ese curso invitaron a Guillermo Cortés, psicólogo, y a Manuel Antonio Velandia Mora, sociólogo y filósofo, para hablar por primera vez ante el pleno del curso sobre la homosexualidad. Pasaron 3 años para que se hiciera realidad y participara como miembro activo de la SCS, y un año más para que, en el tercer Congreso Colombiano de Sexología que se realizó en 1986 en Bogotá, fuera invitado a una mesa específica sobre el tema de la homosexualidad.
Justo el día anterior a dicho evento, realizado en la Universidad Nacional de Colombia, sucedió un hecho que reafirmó mi discurso político frente a la homosexualidad. Subía por la calle 60, casi llegando a la esquina de la avenida Caracas, y el hombre que estaba cambiando la llanta de un camión se me quedó mirando y me dijo “adiós Mariquita”, yo le respondí “adiós heterosexual”; a lo que él replicó “heterosexual no es un insulto”; mi respuesta fue “marica tampoco, es lo que soy y me hace feliz”. La cara de sorpresa del hombre me produjo una sensación de alegría, y sonriente seguí mi camino.
Al ingresar a la sala de conferencias en la Universidad Nacional, un hombre que estaba sentado en la última fila me vio pasar y dijo “ese es el marica que va a hablar”. Yo lo miré y sonreí. En la mesa estaban Lucía Nader y Marta Lucía Palacios, las dos sexólogas más mediáticas que ha tenido Colombia, y quienes durante muchos años orientan los temas de la sexualidad entre RCN y Caracol radio. Yo hice la presentación de cierre, decide cambiar la presentación que había preparado y no hablar de homosexualidad sino del hecho de ser marica.
Inicié mi discurso diciendo “Yo no soy gay, no soy homosexual, soy marica; sí, el marica que está hablando, como bien lo reafirmó el hombre de camisa roja que está a la derecha, sentado en la última fila, viene a contarles que ser homosexual no es tan divertido, que por ser marica he tenido amenazas de muerte, que por ser maricas nos asesinan…”
Por supuesto algunas personas, entre ellas periodistas, se niegan a aceptar que yo diga que soy marica y pretenden traducirme a homosexual o a gay, pero son tres palabras distintas con descargas teóricas y vivenciales diferentes. Creo que si la fuente, en ese caso el marica que soy yo, se presenta a sí mismo como marica, entonces el, la, le periodista, debe respetar este criterio y asumir el respeto por la identidad de la fuente. El buen periodismo se basa en el respeto, la solidaridad, en la empatía con la fuente. Y el respeto por supuesto se soporta en asumir al otro/a/e como auténtic* otr*.
Sociedad afectada por medios de comunicación masiva LGTBIfóbicos
Hoy he querido escribir sobre esta historia, porque justo me encontré en Twitter un post del periodista Andrés Hernández (@AndresCamiloHR), Jefe de Comunicaciones y Prensa del Senador Gustavo Petro. El trino que no es nuevo sino de noviembre de 2018 dice: “Mensajes como este recibo a diario. Ser homosexual no me hace menos que nadie, ni mucho menos para que digan que por esa razón me van a matar. Tener una orientación sexual no tiene nada que ver con mi trabajo”.
La LGTBIfobia no es nueva en Colombia, como ya lo he comunicado en otras oportunidades la primera investigación sobre los asesinatos a homosexuales y personas trans en el trabajo sexual, cometidos por grupos de limpieza social, la hicimos junto con Amnistía Internacional, en 1984. En lo que va corrido de este fatídico 2020 con Juliana son 28 las mujeres trans asesinadas.
Es verdad que el asesinato que traigo a colación no fue por discriminación, pero también es cierto que el titular de La FM es un crimen de odio. Un periodista no puede negar la identidad de la víctima, no puede desconocer a la persona, no puede violentar de esta manera al marido de Juliana y a su familia, quienes no la asumen como un hombre sino como lo que realmente era: una mujer.
Me pregunto ¿dónde quedan los defensores de los oyentes, de los televidentes, de los lectores?; ¿por qué las cadenas informativas no reflexionan al respecto?, ¿por qué las escuelas de periodismo todavía no tienen clara la importancia de la no discriminación?
Manuales de periodismo sin discriminación
Son muchas los manuales de periodismo que se han escrito sobre el tema, aquí tan sólo citaré algunos: “Escrito sin d. Sugerencias para un periodismo sin etiquetas. Es un texto escrito por periodistas y para periodistas”. Es un manual escrito en 2011, para el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, por Periodistas de a Pie. Rojo Contra Toda Forma de Discriminación, publicó “Guía de periodismo inclusivo. Fuentes de consulta”, también en 2011, esta vez en Paraguay. “Cambiar la mirada desde un Periodismo No Sexista”, se publicó en Cali, en 2013, por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo – AECID COLOMBIA- y la Fundación Mujer, Arte y Vida -MAVI- como parte del Proyecto “Apoyo a la institucionalización de la Política Pública de lucha contra las Violencias hacia las Mujeres en la Alcaldía de Cali”.
En abril de 2019, la Comisión de Igualdad de la Agencia Efe elaboró un “Manual de Comunicación no Sexista para periodistas”, con el que pretende promover la igualdad, eliminar los estereotipos y usos inadecuados del lenguaje y visibilizar a las mujeres en los diversos ámbitos de la vida.
En 2017, la Federación de Servicios a la Ciudadanía CCOO (FSC-CCOO) y la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), publicaron la “Guía de buenas prácticas para el tratamiento de la diversidad sexual y de género en los medios de comunicación”.
Este listado tan sólo es para recordar, que el tema de la discriminación mediática no es uno, pero que igualmente desde hace casi diez años se viene insistiendo en la necesidad de trabajar un periodismo ético y sobre todo respetuoso de las diversidades, y de los derechos de las mujeres.