Una nueva ola progresista de solidaridad con Venezuela se ha levantado en el mundo. Así lo constató el Encuentro Internacional de Solidaridad con la Revolución Bolivariana, en Caracas, el pasado fin de semana
Alberto Acevedo
La creación de una plataforma global de solidaridad con Venezuela, paralela a una red de plataformas de información, con participación de grupos sociales y progresistas de muchos países, la elaboración de un gran directorio de la solidaridad internacional, y una agenda por la defensa de la soberanía nacional de los pueblos y su derecho a la no injerencia en sus asuntos internos por parte de potencias extranjeras, fueron, entre otras, las principales conclusiones a las que llegó la conferencia Diálogo Mundial por la Paz, la Soberanía y la Democracia Bolivariana, que concluyó en Caracas el pasado 19 de septiembre.
El evento, que contó con la presencia de delegaciones políticas y sociales de 197 países y medio centenar de organizaciones venezolanas, sesionó desde el viernes anterior en las amplias instalaciones del Teatro Teresa Carreño, de Caracas, y en varios auditorios de la Universidad Nacional de las Artes, Uneartes.
Desde el primer día de sesiones, los participantes se dividieron en cinco comisiones con similar número de ejes temáticos, que aportaron un paquete de conclusiones, ratificadas en el acto de clausura. Esas comisiones fueron: Solidaridad con Venezuela; defensa de la soberanía y la paz; lucha contra el guerrerismo y el imperialismo; lucha contra la supremacía racial; la contrarrevolución financiera global y la defensa de los derechos sociales de la Madre Tierra.
Colombia está con Venezuela
La exsenadora Gloria Inés Ramírez, miembro del Comité Central del Partido Comunista Colombiano y secretaria de Relaciones Internacionales de esta colectividad, encabezó una nutrida delegación colombiana al evento. Consultada por varios medios de comunicación, la líder política dijo que participa en el encuentro “con la plena convicción de que aquí en Venezuela se juega la paz de América Latina, y por ello debemos apoyarla”.
“No solo la paz, se juega para todo el mundo la posibilidad real de poner en práctica un proceso de desarrollo alternativo al proyecto neoliberal, y por eso el imperialismo trata de arrasar esta esperanza”, precisó la dirigente colombiana, quien puntualizó: “Venimos a decir que Venezuela no está sola. Estados Unidos pretende socavar con esta agresión a la Revolución Bolivariana, la nueva arquitectura mundial antihegemónica, que tiene su epicentro en organismos como Unasur, el Alba, la Celac, en su interrelación con otros bloques como los Brics”.
Boicot de Trump
En esa perspectiva, cayó muy mal en el evento en Caracas la noticia de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, había citado a los mandatarios de cuatro países de la región, de orientación conservadora, a una reunión en la Casa Blanca, en la noche del pasado lunes 18 de septiembre. Esa invitación fue interpretada como una nueva escalada intervencionista en los asuntos internos de Venezuela.
La cita de Trump va en contra vía a la tendencia mundial de apoyar una salida política negociada a la crisis venezolana, sin la intervención de gobiernos extranjeros. Así lo pidió la semana pasada el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y varios foros internacionales. La reunión de Trump se da en momentos en que se abre paso un diálogo con la oposición en Venezuela y la Asamblea Nacional Constituyente consolida un paquete de propuestas económicas y sociales que miran a la solución de la crisis. Por eso no le faltó razón al presidente Nicolás Maduro, cuando calificó la invitación de Trump como un boicot a sus tentativas de diálogo, una “contra reunión del diálogo”.