La construcción de una represa en territorio indígena lenca, contra la cual la lideresa indígena luchó en los últimos años, hasta que fue asesinada, no se va a realizar. La muerte de Cáceres no fue inútil. En el mundo, el año pasado, fueron asesinados 200 ecologistas
En un hecho considerado como un triunfo rotundo del movimiento ecologista hondureño y latinoamericano, la empresa estatal encargada de adelantar trabajos para la construcción de una hidroeléctrica sobre el río Gualcarque, en el occidente de Honduras, anunció su suspensión definitiva.
La líder ecologista de origen indígena, Berta Cáceres, oriunda de la comunidad lenca, había dedicado los últimos años de su vida a la lucha contra la construcción de este proyecto, por considerar que su ejecución atentaba contra el patrimonio natural, cultural, económico y el hábitat funcional del pueblo lenca.
El anuncio, dado a conocer el 17 de julio pasado, indica que a partir de ese momento, el Banco Holandés de Desarrollo, FMO, y el Fondo Finlandés para la Cooperación Industrial, Finnfund, retiran definitivamente su apoyo al proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, de la empresa de Desarrollos Energéticos S.A., de Honduras, DESA.
Impacto en América Latina
DESA, a través de un comunicado oficial informó de la suspensión de la hidroeléctrica y aboga por la disminución de la conflictividad social en la zona del río Gualcarque, donde se quiso ejecutar el proyecto. Además anunció la intención de continuar desarrollando inversiones sociales en las comunidades de occidente del país, a fin de mejorar la infraestructura y la calidad de vida de sus pobladores.
La muerte de Cáceres impactó la actividad de numerosas organizaciones ecologistas y sociales de América Latina y puso sobre el tapete el alto riesgo en que viven no solo las comunidades indígenas, sino sus líderes y territorios. Inclusive, algunos activistas ambientalistas llegaron a decir que el sacrificio de líder indígena fue inútil.
La noticia ahora muestra que este crimen no fue en vano y alienta a los ambientalistas del continente y del mundo a perseverar en sus objetivos. Berta Cáceres fue líder destacada y fundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, Copinh, que tomó en sus manos la lucha por la protección de los territorios ancestrales de eses país.
Ansia de ganancias
El pasado 20 de julio, la organización ambientalista Global Witness, reveló que el año pasado fueron asesinados en el mundo, al menos 200 ecologistas, el 60 por ciento de los cuales desarrollaban sus trabajos en países de América Latina. Se destaca el hecho de que en Colombia, Brasil y Filipinas, fueron asesinados la mitad de los ambientalistas en el mundo.
La información de la organización ecologista indica además que la cifra duplica el número de activistas muertos, con relación a 2015, y que no solo creció el número de asesinados, sino que se extendió geográficamente, pasando de 16 a 24 países en el lapso estudiado. Semejante matanza, indica Global Witness, es producto de una ola de violencia en la que “las empresas mineras, madereras, hidroeléctricas y agrícolas pisotean a las personas y al medio ambiente en búsqueda de ganancias”.