Trump está solo en su delirio guerrerista

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Palestina

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no avaló la decisión del presidente Donald Trump de trasladar la sede de la Embajada en Tel Aviv a la ciudad de Jerusalén, invadida por Israel con la vieja aspiración de convertirla en su capital, en abierto desafío al mundo musulmán y católico que la consideran como territorio santo, ajeno al conflicto que enfrenta a israelíes y palestinos por el derecho de estos últimos a un Estado propio y soberano.

El mundo fue consciente de que la decisión del presidente de los Estados Unidos, motivada en su delirio guerrerista, precipitaría enfrentamientos en la Franja de Gaza y el territorio se vería abocado a una nueva intifada, que ya comenzó  y dejó muertos por la desenfrenada reacción de los militares de Israel que tienen como hábito asesinar palestinos.

“El estatus de Jerusalén debe ser determinado mediante negociaciones entre israelíes y palestinos que conduzcan a un acuerdo sobre el estatus final”, estableció la declaración anunciada al final de la reunión del Consejo de Seguridad por cinco países europeos.

Sorprendió que por primera vez el gobierno de Colombia se aparte de las decisiones de Estados Unidos con relación a su apoyo irrestricto a las políticas de Israel y en declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores, al anunciar en Bogotá que la decisión de Washington afecta “las posibilidades de paz y estabilidad en la región y ponen fin a 70 años de consenso internacional sobre el estatus de Jerusalén”.

Trump explicó su provocadora decisión, diciendo que era una de las promesas de su campaña, como si así se pudieran entender las consecuencias nefastas de semejante decisión. Los palestinos, siempre oprimidos por la negativa de Israel y de Estados Unidos a reconocerles sus derechos, responden con la lucha sin descanso para resistir y defenderse. La intifada es previsible. Ya comenzó en la Franja de Gaza y en otras regiones, como también la represión criminal del ejército de Israel, que no vacila en matar mujeres, ancianos y niños. Al momento de escribir esta nota el resultado era de dos palestinos muertos y más de 300 heridos, 69 de estos por balas y 293 golpeados por balas de caucho.

El estatus de Jerusalén no puede ser decidido de forma unilateral por una de las partes, sino el resultado de la negociación entre Israel y Palestina, así lo han definido las Naciones Unidas, lo de Trump es una abusiva injerencia, que atiza el conflicto en lugar de resolverlo.

Trump insiste en su torpeza y la Intifada persisteb en el mundo áraba, a tiempo que crece la protesta mundial contra la provocadora decisión. Es el resultado de la soledad de Trump por estas decisiones agresivas, de la intifada palestina y de las movilizaciones populares en varias capitales europeas y del mundo árabe. En Estados Unidos  también hay insatisfaccion.