Un paro por dignidad

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Foto 90 minutos.

La mezquindad del Gobierno nacional con el pueblo bonaverence tocó fondo y este no aguantó más. Millares de manifestantes están en las calles exigiéndole a Santos que le cumpla a su población

Carolina Tejada

Han sido múltiples los llamados de la sociedad portuaria y de algunos organismos de derechos humanos, para que el Gobierno nacional responda con las demandas de la población. En el mes de marzo por ejemplo, tras una visita del Defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret Mosquera, este advertía: “La población de Buenaventura está desesperada”. Las condiciones sociales del puerto más importante del país, tocaban los límites del abandono estatal, y no se trata de una problemática de ahora, ha sido una situación sistemática que se ha venido agudizando año tras año, sin que existan medidas eficaces que respondan a la crisis.

El descaro de Santos

Según el presidente Juan Manuel Santos, los índices de pobreza que arroja el Departamento Nacional de Planeación, en el último periodo, muestran que la pobreza en Colombia se ha superado en un millón de personas. “Esto nos coloca en el panorama donde queríamos estar y es satisfactorio decir que las metas que nos pusimos de cinco millones de personas que salieran de la pobreza multidimensional ya se cumplieron antes de terminar el periodo, y la meta de reducción de desigualdad se cumplió también antes”, aseguró Santos.

Sin embargo, en regiones como Buenaventura o el Chocó, estos índices en lugar de bajar y de que las condiciones de vida de la población mejoren, han ido aumentando, evidenciando que los niveles de pobreza, vulnerabilidad, ausencia de inversión social para salud, educación entre otros, están por debajo de muchas regiones del país. Las mujeres y los niños siguen siendo los más afectados.

Un paro justificado

Como ya mencionaba la misma Defensoría del Pueblo, “la población de Buenaventura está desesperada” y en el mes de mayo los habitantes del puerto no aguantaron más. La poca población empleada, y miles de habitantes que sufren en carne propia los vejámenes del Gobierno pararon el puerto por donde anualmente se mueven alrededor de 12 millones de toneladas al año, economía que no se aterriza para nada en beneficio para la región.

VOZ, dialogó con Jhon Jairo Castro, dirigente del sindicato portuario y líder de la mesa de negociación del paro en Buenaventura. Comentó la aguda situación que los motivó al paro, a la movilización social; “nosotros vivimos unos altos índices de desempleo, según cifras del Gobierno nacional con un 62%. No contamos con un hospital de segundo nivel, el que teníamos lo cerraron hace siete años, no tenemos un buen servicio de acueducto, anteriormente era público y ahora es privado y a partir de allí se ha desmejorado la calidad de vida de los bonaerenses”.

Según el Gobierno, desde hace un par de años se diseñó un plan de choque para garantizar la salida de esta crisis, sin embargo, la inversión social que se destinó para mejorar la situación de este importante municipio, fue destinada en el embellecimiento del malecón, y peor aún, ni siquiera la inversión se utilizó como se planificó.

La inversión hecha cemento y desplazamiento

Según menciona el líder del paro, los recursos de dicha inversión, no representan, ni han representado un aliciente para la comunidad “se invirtieron 27 mil millones de pesos y lo único que vemos es que se renovó un parque”.

Jhon se refiere a un proyecto macro, que tiene un área de 180.000 m2. Según lo planeado, allí estaría un paseo comercial y de recreación. El nombrado mega proyecto, que solo gustó a los grupos empresariales tenía como interés embellecer el puerto, agrandarlo y para ello, tuvieron que desplazar a cientos de personas que vivían de la pesca a las orillas del mar. Estos desplazamientos fueron a la fuerza, por orden de la administración regional, otras tantas familias recibieron amenazas de los grupos paramilitares y otras tantas fueron víctimas de asesinatos selectivos. “La expansión portuaria está afectando el tema biodiverso de nuestra ciudad, afectando a las comunidades que están asentadas allí. Esta extensión también ha generado víctimas, como lo es el desplazamiento forzado de las poblaciones por parte de los empresarios y apoyados por el Gobierno, porque son obligadas a salir de sus territorios”, afirma Jhon.

Buenaventura, se ha convertido en un mar de abandono, de violencia y desplazamiento forzado, de 30.000 personas que habitaban en el 2008, para el 2015 la población aumentó a casi 110.000 personas. Estas son apenas algunas de las problemáticas que se pueden evidenciar en la región portuaria, “así como esta situación hay otras, porque son múltiples las situaciones. Por eso nosotros hoy nos acogemos a este paro unificado para alzar una sola voz denunciando esta problemática, y llamamos a la solidaridad”, comenta Jhon.

Las condiciones laborales

La realidad en términos de desempleo es abrumadora, y las condiciones laborales para las pocas personas que tienen un empleo, es lamentable. “La tercerización en las labores portuarias, tenemos la discriminación, pues traen personas del exterior para darles mejores cargos y mejores salarios y contratación laboral a término indefinido y a nosotros nos contratan con sueldos mínimos, con contratos a tres meses y nos vulneran el derecho a una pensión. Este es el caso de compañeros que llevan trabajando más de 20 y 30 años y cuando van a ver su tema de pensión únicamente les aparece un día o una semana de pensión, este es un cúmulo de problemas que tenemos aquí en la ciudad”, asegura Jhon, a la vez que lamenta los efectos de los altos índices de desempleo. “Donde hay desempleo, hay pobreza y donde hay pobreza también se cae en la miseria, eso pasa en Buenaventura. Aquí hay familias que amanecen y solo tienen para un agua de panela y así mismo anochecen porque no hay como sobrevivir, esto también genera violencia. La gente por sostener su familia busca qué hacer y hacen cosas erróneas, pero es que así está la situación aquí”.

Al paro, Santos respondió con violencia

La mesa de diálogo planteada para que el Gobierno y el comité de paro llegaran a un acuerdo, no contó con el desarrollo esperado. Mientras los manifestantes con sus demandas exigían soluciones, “el Gobierno llegó a exigirnos que despejáramos las vías por donde pasan las tractomulas, nosotros dijimos que no. La respuesta del Gobierno fue que nos mandó el Esmad, violentando a los manifestantes”, comentó el líder del paro. En esta arremetida del escuadrón policial, murió un menor de edad y muchas personas más resultaron afectadas por los gases y la agresión desmedida de los mismos. “Nos quisieron atemorizar, pero la comunidad ha respondido pacíficamente, organizada y multitudinariamente. Y como comunidad hemos enviado un mensaje al gobierno, estamos en pie de lucha, como trabajadores, como ciudadanos”. El paro sigue, afirmó Jhon.