Una jornada que dejó varios retos

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Trabajadores concentrados en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Foto J.C.H.

Las movilizaciones del primero de Mayo dejaron desafíos para la construcción de mayores niveles de unidad, pero también pusieron los temas que serán las motivaciones para las manifestaciones en todo el país, en los próximos meses. Los trabajadores dieron un incondicional respaldo a los proceso de paz con las insurgencias

Juan Carlos Hurtado Fonseca

En medio de las consecuencias generadas por la imposición de un modelo económico excluyente, miles de trabajadores realizaron movilizaciones en conmemoración del Primero de Mayo, en las principales ciudades colombianas.

Exigencias económicas, políticas y reivindicativas, hicieron que marchas multicolores con expresiones ideológicas, culturales y políticas disímiles, tuvieran coincidencias reivindicativas particulares y políticas de carácter general, como el apoyo a los procesos de paz.

El rechazo al neoliberalismo, la exigencia de cumplimiento de acuerdos entre el Gobierno nacional con sindicatos, organizaciones campesinas y cívicas; y el respeto a los derechos laborales y sindicales; fueron temas que hicieron parte de las consignas que se arengaron al son de tambores, y con el acompañamiento de bailes autóctonos, comparsas, expresiones teatrales y disfraces, en adorno de la jornada.

En Bogotá, los acostumbrados discursos de las centrales obreras fueron un espacio para la denuncia acerca de las violaciones a derechos adquiridos, pero también fueron el escenario en el que se adquirieron compromisos en torno a la unidad de los trabajadores sindicalizados y el resto del movimiento social, en miras a la construcción de un movimiento social alternativo que con manifestaciones logre frenar las políticas económicas del gobierno de Juan Manuel Santos.

Avances en unidad

En ese sentido, el Comando Nacional Unitario, CNU, entregó su mirada al contexto internacional e identificó el presente año como el de las disputas por el control mundial de los recursos naturales y los lugares estratégicos para mantener las hegemonías por parte de los Estados Unidos. Esto hace cada vez más enconada la intromisión de ese país en asuntos internos de las naciones, el uso de la fuerza militar y el poderío armamentista para imponer su dominación, el boicot y las conspiraciones aupadas por los gringos en los países que no le copian a cabalidad sus dictámenes.

Con ese panorama internacional, el CNU también concluye que: “en Colombia se acrecienta la imposición por parte del gobierno de Juan Manuel Santos de las más lesivas medidas económicas, sociales y laborales en la era del neoliberalismo y el libre comercio, de fin de año nos quedan los amargos recuerdos de la reforma tributaria con aumento del IVA, el mísero salario mínimo, la negación de la ley aprobada en el Congreso y negada por Santos que le concedía derechos de trabajadoras formales a las madres comunitarias. Así mismo, en la semana anterior han impulsado con inusitada propaganda la entrada de Colombia en la OCDE, el nuevo tratado de libre comercio comandado por los Estados Unidos y Europa, con reforma pensional cantada a los cuatro vientos para dar un nuevo zarpazo a los ya menguados ingresos de los trabajadores y el engorde de las arcas de los grandes potentados y multinacionales que nos han llevado a ser uno de los países más desiguales del mundo”.

Estatales

Por otra parte, el CNU explicó que la negociación colectiva en el sector estatal atraviesa una situación crítica, ya que el petitorio concentra en dos temas su importancia, uno es la definición del incremento salarial para el presente año a los empleados públicos, en el que el Gobierno ha ofrecido la cifra de inflación más 0,15%, lo cual califica como una burla a los trabajadores; y el otro tema es el de las plantas de personal, su fijación y ampliación, como única medida para acabar con la tercerización y la informalidad que es la tónica predominante en la contratación de personal a nivel del Estado.

Pero como si lo anterior fuera poco, están los incumplimientos de más del 50% de los acuerdos firmados en los pliegos de los años 2013 y 2015, lo que muestra la actuación de un gobierno despiadado con los trabajadores sin importar las normas nacionales e internacionales, que en materia laboral se niega a cumplir.

Asimismo, trabajadores, campesinos y organizaciones cívicas que se articulan en el espacio del Comando Nacional Unitario, exigieron garantías para la participación política de las FARC-EP en la vida política legal y respaldaron la negociación que se desarrolla en Quito, Ecuador, con el ELN.

Recuperar el internacionalismo

El delegado de la organización internacional Vía Campesina, Diego Montón, saludó a los marchantes y dio su respaldo a los acuerdos de paz, argumentando que la paz en la región es fundamental para la justicia social. “Hemos visto que el cumplimiento de los acuerdos de paz por parte del Estado está muy atrasado y hemos tenido que lamentar diariamente el asesinato de dirigentes campesinos”. El líder social vio como contradictorio que mientras en los acuerdos de La Habana se establece la entrega de tierras para los campesinos, el Gobierno nacional entregue vastos territorios al capital financiero y a las transnacionales.

También pidió solidaridad con el pueblo venezolano ante la arremetida del capital internacional y las agresiones de la derecha latinoamericana, que se entrometen para frenar ese proceso de carácter popular.

Por último, dejó como desafíos la recuperación del internacionalismo para la derrota del capital, forjar la unidad de los trabajadores y los campesinos, y pasar a la ofensiva en pro de la construcción del socialismo en la patria grande.

Balance PCC

Por su parte, el secretario general del Partico Comunista Colombiano, PCC, Jaime Caycedo, calificó la movilización nacional como nutrida y variada, y vio en esta la oportunidad de que las organizaciones sociales pusieran temas en el debate como el apoyo a la implementación del acuerdo con las FARC y apoyo al diálogo con el ELN, las reivindicaciones de los trabajadores, el cumplimiento de los pactos y acuerdos que ha hecho el Gobierno en las regiones, la moratoria minero-energética y ambiental. Pero también, vio la unidad de acción del movimiento sindical y de diversas expresiones de los movimientos regionales que evidenciaron una relación entre paz, justicia social, justicia ambiental, y el respecto de los pactos con el movimiento de los trabajadores, ya que se convertirán en los temas que estarán en el centro de la movilización social, obrera  popular en el país, en los próximos meses.