Una nueva batalla del pueblo chileno

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El 19 de noviembre de este año se realizarán las elecciones parlamentarias y presidenciales en Chile

Mauricio Leandro Osorio

La apuesta de la coalición de la presidenta Bachelet, es el senador y periodista Alejandro Guillier, quien deberá enfrentar a Piñera, candidato que tiene una amplia ventaja en las encuestas, y a Beatriz Sánchez, quien encabezará las aspiraciones del Frente Amplio.

Cinco reformas estructurales fueron las banderas con las que la presidenta Michelle Bachelet llegó a La Moneda: Reforma tributaria, al sistema electoral, al modelo educativo, al sistema de pensiones y modificación de la Constitución impuesta durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989). La promesa de esas reformas impulsaron a Bachelet a ganar las elecciones presidenciales de 2013 con un 62,17%, luego de años cargados de movilizaciones sociales que exigían un cambio estructural al modelo imperante en el país austral.

¿Cómo fue que con tal apoyo Bachelet terminara ejerciendo un mandato que llegó a tener un 75% de rechazo?

El caso de tráfico de influencias en el que se vio envuelto el hijo de la Presidenta; el caso SQM donde se emitieron facturas falsas para evadir impuestos en los que estuvieron involucrados parte del séquito de ministros más cercanos a la mandataria; haber respondido inoportunamente ante las catástrofes naturales; así como la guerra desatada por los medios de comunicación en su mayoría controlados por la derecha; fueron factores que sepultaron la popularidad de Bachelet.

Ante los problemas enfrentados por el Gobierno, la Democracia Cristiana (DC) –partido de mayor cercanía a la derecha dentro de la coalición de gobierno- tomó las riendas al interior del Ejecutivo y cambió bruscamente el rumbo de las reformas, las cuales terminaron siendo consensuadas con la oposición y comenzaron a ser rechazadas por parte de las organizaciones sociales que las promovían.

Los herederos de Bachelet

El senador Alejandro Guillier, periodista de 64 años, ha sido el candidato promovido por los partidos que pretenden profundizar las reformas que se hicieron durante el gobierno (entre ellos el Partido Comunista). Por Guillier también apostaron algunos de los que temían una posible candidatura del expresidente Ricardo Lagos, quien finalmente perdió en las primarias del Partido Socialista. Pero con la caída de Lagos, cuyo gobierno (2000-2006) se caracterizó por una serie de reformas neoliberales, la Democracia Cristiana decidió lanzar su propia apuesta: Carolina Goic, senadora y presidenta de la colectividad.

Guillier es uno los candidatos que podrían enfrentar una eventual segunda vuelta, pero aún su nivel de respaldo (18%) lo tienen 25 puntos por debajo de Piñera. Por su parte, Carolina Goic, apenas logra alcanzar el 5% de apoyo.

El Partido Comunista ha hecho una gran apuesta en la candidatura de Guillier. Desde primer momento la diputada y exsecretaria general de las Juventudes Comunistas, Karol Cariola, fue la vocera de su campaña. Si bien Cariola debió abandonar ese puesto para dedicarse a su reelección, al igual que la exdirigenta estudiantil Camila Vallejo, el PC ha sido uno de los más firmes pilares durante la campaña.

Piñera en el espejo de Trump

En todas las encuetas Sebastián Piñera, de 67 años, lleva una amplia ventaja. Con un 43% de intención de voto, el empresario y expresidente aspira confiado volver a La Moneda. Para ello, su campaña se ha realizado al puro estilo de Trump, caracterizada por un lenguaje irreverente, machista, xenófobo y que pretende rescatar votos de la derecha más dura.

El representante del pacto Chile Vamos, apunta a la base conservadora, llegando a declarar que introducirá “cambios” en la recién aprobada Ley de Aborto, una de las grandes conquistas sociales de los últimos años y que otorga el derecho a las mujeres de interrumpir el embarazo en tres causales: violación, peligro de vida de la madre e inviabilidad del feto.

Pero Piñera va más allá. Al tiempo que incita al gobierno a “aplicar” y “perfeccionar” la ley antiterrorista que en los últimos años se ha aplicado contra activistas mapuches y que ha sido criticada severamente por organismos internacionales, ya plantea la posibilidad de indultos por “temas humanitarios” a violadores de derechos humanos que han sido condenados por desapariciones forzadas y torturas durante la dictadura.

Su discurso conservador y reaccionario ha conseguido que los casos de corrupción en los que se ha visto envuelto pasen a segundo plano.

Indefiniciones en el Frente Amplio

Beatriz Sánchez es una periodista chilena de 46 años que ha irrumpido como candidata del Frente Amplio, una alianza política surgida alrededor de dos exlíderes estudiantiles que fueron protagonistas durante las movilizaciones de 2011 y 2012. Hasta ahora ha llegado a sorprender en las encuestas con un 18% de intención de votos (empatando con Guillier), lo que la posicionan entre las candidaturas que podrían ir a segunda vuelta con Piñera.

Respecto a sus propuestas, estás son una recopilación de las demandas que durante años han sido las banderas de las organizaciones sociales y si bien sus postulados son cercanos a los del Partido Comunista, el Frente Amplio ha cerrado la puerta a negociar con esa colectividad.

Dentro del Frente Amplio han tenido riñas entre los colectivos que lo integran por falta de definición respecto a varios temas. Si bien esta alianza se compone por algunas organizaciones de izquierda (Movimiento Autonomista, Izquierda Libertaria y Nueva Democracia), no han tenido una definición clara sobre su postura ante el escenario internacional.

Ya Beatriz Sánchez ha declarado que en Venezuela “hay violación a los derechos humanos” y “Fidel Castro era un dictador”, posturas que no son compartidas en su totalidad por el Frente Amplio, pero que son respaldadas por varios miembros, entre ellos uno de los partidos más grandes de la coalición: Revolución Democrática.

Una dura batalla

Las posibilidades de que Sebastián Piñera vuelva a llegar a la presidencia son cada vez más reales. El desafío de la izquierda y las alianzas progresistas en Chile es la unidad, pero la arrogancia de algunos y la desconfianza que tienen los votantes en otros, han hecho que esa idea cada día se desvanezca.

Chile vive un momento crucial. Las reformas aunque tibias, permitieron romper el cascaron de la dictadura que, mediante su Constitución y sistema electoral, impedían cualquier modificación del modelo neoliberal. Ahora existe el desafío de profundizar esas reformas para desviar el rumbo de uno de los países más desiguales de América Latina, donde el 10% más rico tiene un ingreso 27 veces superior al 10% más pobre.

@malemassi