VOZ dialogó con el senador de la República y principal víctima en el proceso que tiene privado de la libertad al expresidente Álvaro Uribe Vélez, caso judicial que ha provocado una conmoción política
Carolina Tejada
@carolltejada
En la pasada edición de VOZ, se realizó una cronología del proceso que llevó a prisión domiciliaria al expresidente y senador de la República, Álvaro Uribe Vélez, como el posible determinador de los delitos de soborno a testigos y fraude procesal.
En consecuencia, con este y otros temas, VOZ dialogó con el senador de la República y principal víctima en el proceso que tiene privado de la libertad al expresidente Álvaro Uribe Vélez, caso judicial que ha generado un verdadero terremoto político en Colombia
-¿Qué significa llegar hasta este punto del proceso penal contra un expresidente?
-Yo diría que tiene un gran significado simbólico, y es que es el comienzo, espero yo, de la posibilidad y de una práctica que debe ser normal en cualquier sociedad democrática, y es que no importa el cargo, no importa la investidura, el fuero que tenga una persona o su poder económico, militar o político, la justicia se respeta.
-Es también un mensaje para la sociedad y el partido de Gobierno
-Es una larga lucha para que prime la verdad, la reparación y la no repetición, que está relacionado con toda la violencia política que ha existido en el país y con tantos hechos de corrupción. Así que, desde esa perspectiva, creo que esta es una decisión muy saludable; ahora, con relación al Centro Democrático, lo que podríamos llamar el “uribismo”, ese bloque tiene una formación política caudillista, dominada por la extrema derecha que se hace llamar democrática, pero no lo es.
Una propuesta desesperada
-¿La situación jurídica de Uribe les genera una crisis interna?
-Por supuesto. Esto ha generado y está generando una crisis de ese sector político que de forma desesperada está buscando la manera de superar la situación a través de métodos y de soluciones profundamente antidemocráticas, como es la de proponer una reforma del Estado en la cual se prescinda de la justicia o que haya un remedo de justicia.
-La reacción del partido de Gobierno es llevarse por delante la justicia
-En Colombia sí ha habido una tradición, que es muy importante destacarla, en la que hay magistrados, jueces, mujeres y hombres, fiscales, que han hecho y adelantado investigaciones significativas, como esta de la que estamos hablando. Entonces lo que quiere el Centro Democrático, es acabar incluso con esa posibilidad, acabar con la propia Constitución de 1991, que permite que se den hechos como el que estamos comentando.
-¿Puede tener fuerza política en el Congreso la idea de una constituyente?
-La propuesta de una constituyente anunciada por el Centro Democrático, es inviable. La mayoría de los partidos han rechazado la iniciativa, además eso tiene un procedimiento que excede de largo los dos años que le quedan a este Gobierno y al Congreso actual. La otra idea de una reforma a la justicia, que la describen inofensiva, en el trámite se puede convertir en una contrarreforma antidemocrática.
-¿Qué busca el Centro Democrático atacando la justicia?
-Buscan generar un ambiente propicio, precisamente para encubrir este golpe de Estado contra el poder judicial, y por supuesto también está el ataque contra el proceso de paz, y la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión de la Verdad, el Sistema Integral de Justicia, Reparación y Garantías de no Repetición, que también entra en esa misma línea. La extrema derecha busca detener los cambios democráticos que implica el acuerdo final y su proceso de implementación.
La importancia del movimiento de víctimas
-¿Cómo leer un poco lo que ha salido en estos días sobre medios de comunicación y sobre periodistas, el caso por ejemplo de Julio, relacionado con conversaciones y favores con los abogados y gente cercana a Uribe y con Uribe?
-Este proceso ha tenido un cubrimiento, que evidencia un grave problema sobre la información integral. Si hicieran una investigación para ver cómo ha sido cubierto el proceso de cara a la sociedad, creo que revelaría esa deuda de los medios con la investigación. De hecho, es gracias a periodistas con mucho valor y con mucha entereza que el país ha podido conocer al menos los hechos. Pero también hay una corriente que intenta ser hegemónica en la que prima una versión absolutamente exenta de cualquier crítica y de cualquier profundidad en torno a quién es Uribe y cuál es su legado político, eso muestra el panorama de la comunicación y la información en nuestro país.
-Las organizaciones de víctimas se han mostrado respetuosas de la decisión de la medida de aseguramiento al expresidente.
-Está demostrado que es posible lograr esos avances en las luchas de las víctimas por la justicia y la verdad, principalmente las organizaciones sociales de derechos humanos y los sobrevivientes de los genocidios en Colombia. Muchas organizaciones han hecho esfuerzos para que se produzcan decisiones en justicia. Así que me siento parte de ese movimiento de derechos humanos, de víctimas, de los movimientos sociales que han luchado por esto, y creo que mucho de lo que está ocurriendo obedece a eso.
Balance del gobierno Duque
-Han pasado dos años de la posesión de Iván Duque. ¿Cómo califica la gestión del Presidente?
-En estos dos años vemos un seguidor más de Uribe que un Presidente. Se ha comportado como un seguidor político, como uno de los defensores judiciales del expresidente y de su partido. Duque no ha ejercido la jefatura del Estado, que implica por supuesto la garantía para todos los ciudadanos del respeto de principios democráticos elementales como las garantías a la oposición, para que tenga un ejercicio libre en cualquier tipo de persecución, el respeto de las instituciones, el respeto del principio fundamental de separación, y respeto a la independencia de los poderes públicos, para mencionar simplemente algunos de esos elementos.
-¿Se raja el Presidente en asuntos como la construcción de la paz?
-Ha tenido un discurso absolutamente ambiguo con relación a la construcción de la paz y con relación a la implementación del Acuerdo. Mientras sostiene públicamente que respeta lo firmado en La Habana, en otros campos, tiene una actitud absolutamente hostil frente a este. Ha asumido la idea del uribismo de que hay que hacerle una reingeniería a la justicia, hay que eliminar las cortes, centralizar el ejercicio de la justicia en ese nivel en una sola corte.
-¿Se raja con la idea de una constituyente o una reforma a la justicia?
Esta idea de crear una sola corte, es una idea absolutamente totalitaria y absolutista en la que obviamente se quiere resolver el problema del control constitucional, que es muy incómodo, que no permite darle rienda suelta a todo lo que se quisiera en materia de eliminación de derechos, digamos, que prime el presidencialismo, más en una situación como la que estamos, de estado de emergencia y de estado de excepción, en que se reduzca también la posibilidad de que a través la acción de tutela halla un mínimo control a la violación de derechos esenciales fundamentales.
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