Violaciones correctivas: un método criminal para «curar» el lesbianismo

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Las personas LGBTI han ganado importantes espacios en el reconocimiento de la diversidad.

Antes, la homosexualidad era considerada por la psiquiatría como un trastorno mental, y se creía que era una “alteración de la conducta”. A pesar de que hace 28 años la OMS, Organización Mundial de la Salud, la retiró oficialmente de su lista de patologías, en muchos países se siguen realizando prácticas inhumanas con el fin de “curarla”

Renata Cabrales
@RENATARELATA 

A finales del 2018 algunos medios chilenos denunciaron que una menor de 14 años, procedente de este país, había sido violada por su padrastro. Esta se lo contó a su mamá, quien, en lugar de protegerla, decidió enviarla a vivir con su papá biológico, quién también la vulneró.

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), denunció, entonces,  el caso ante la Fiscalía en Chile, afirmando: “La joven fue impedida por su padre biológico de relacionarse con otras personas, manteniéndola incomunicada, secuestrada…El sujeto, que es evangélico, la golpeó con una correa…Mientras le daba una brutal paliza, mencionó que lo hacía para “sacarle el mal” y le dijo que “se merecía la violación por ser lesbiana”, aseguró la organización.

Por otro lado, las lesbianas sudafricanas padecen constantes hostigamientos y discriminación, y cada vez son más víctimas de “violaciones correctivas” con el fin de ser “salvadas” de su orientación sexual. La “violación correctiva” llamó la atención de las autoridades solo cuando en el año 2009 se hizo público el caso de Eudy Simelane, reconocida jugadora de fútbol femenino, quien había manifestado abiertamente ser lesbiana, quien fue violada, torturada y asesinada de 25 puñaladas en el rostro, el pecho y las piernas. Pero, mientras tanto, el Estado no hace nada contra el flagelo de la homofobia ni otras formas de discriminación, que no son tipificadas como delitos.

Esto, por dar un par de ejemplos de las torturas a las que son sometidas las mujeres que, en contra de lo establecido en cualquier cultura patriarcal, muestran abiertamente su inclinación sexual diversa.

Homosexualidad y psiquiatría

Hasta hace poco tiempo, la homosexualidad estaba incluida en los manuales de psiquiatría como un trastorno mental. Se pensaba que esta “alteración de la conducta” podía curarse valiéndose de diferentes terapias y tratamientos. Pero, como la ciencia y el tiempo se hicieron cargo de contradecir esta idea, hace apenas 28 años, la OMS la retiró oficialmente de su lista de patologías. A pesar de esto, aún se siguen realizando, en diferentes lugares del mundo, las conocidas terapias para “curar” o “revertir”, por medio de la violencia, las orientaciones sexuales diversas que no son permitidas dentro de sociedades patriarcales heteronormativas. A esto se le agrega que la religión católica, por medio de torturas psicológicas y amenazas con el castigo eterno, se aprovecha de la fe de las personas para obligarlas a “buscar el buen camino”, apartándose de su orientación sexual, pues la homosexualidad es, aún en pleno siglo XXI, considerada como un pecado.

Por su parte, en vista de tanta discriminación y violencia de la que han sido víctimas, a nivel mundial , las personas con orientación sexual diversa, en junio de 2011, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas adoptó la Resolución 17/19, que reconoce que se cometen actos de violencia y discriminación contra las personas Lgbti, en todo el mundo y, con una Resolución solicitada a la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Acnudh, se prepara un informe que recomienda “que todos los Estados investiguen los actos de violencia graves, deroguen las leyes que criminalizan la homosexualidad y promulguen leyes para prevenir la discriminación por razón de la orientación sexual y la identidad de género”.

Testimonios

“Desde los 18 hasta más o menos los 27 años, a finales de los años 70 y comienzos de los 80, mi madre padeció situaciones de discriminación y hostigamiento debido a su condición de mujer lesbiana. Todo esto, por parte de la sociedad y la misma seguridad pública, pues los espacios donde se reunían las mujeres homosexuales eran constantemente asechados por la policía de manera violenta, las echaban del lugar y en muchas ocasiones las detenían durante toda la noche en estaciones de la policía. Así las cosas, las encerraban por los supuestos cargos de riñas, consumo de drogas o prostitución. Si bien era cierto que al ser marginadas socialmente, estas mujeres optaban por delinquir de diferentes maneras, era claro que el hecho principal por el cual eran perseguidas era por su evidente apariencia de lesbiana o por su aspecto físico ‘poco femenino’”.

Las anteriores son palabras de Lorena Luna, 34 años,  quien nació como resultado de una “violación correctiva”(su madre fue violada por aceptar que no le gustaban los hombres), y se ofreció a dar el testimonio de esta, quien, siendo bastante mayor, aún no entiende que, como lesbiana, ha padecido todo tipo de discriminación, que su hija nació producto de esta categoría de violencia machista, y que en este momento, tiene todos los derechos que como mujer lesbiana, antes le fueron negados.

Por otro lado, debido a toda esta vulneración que han padecido las personas de orientación sexual diversa, a lo largo de la historia, en diferentes países, han surgido diferentes organizaciones, cuyo único objetivo es hacer valer los derechos de estas personas. Es así como nace la Corporación Femm, colectiva de lesbianas feministas y mujeres voluntarias en pro de la movilización social por los derechos de todas las mujeres, con base en Bogotá, Colombia. Cristina Hurtado, su fundadora, nos cuenta cómo y por qué se da esta propuesta.

La organización y toma de conciencia

“Como todo lo personal es político, Femm nace de una iniciativa personal. Antes de eso, vivía en Cartagena, no era feminista, no tenía ningún conocimiento al respecto, el activismo no era siquiera una posibilidad considerada por mí. Yo era una mujer que disfrutaba de medianos privilegios y estaba casada, pero se atravesó en mi vida el asunto de tener una orientación sexual disidente, lo que fue una realidad que quise desconocer durante muchos años de mi vida. Pero me enamoré de una mujer y mi esposo no lo tomó bien, esto coincidió con mi problema de drogadicción, por el cual terminé en la cárcel, acusada de un delito. El hecho es que en la cárcel recibí un tratamiento claramente diferenciado por el hecho de ser mujer y empecé a tomar conciencia de que habitaba un mundo de hombres”.

Me vine a vivir a Bogotá, con un proceso abierto aún. Me empecé a interesar por el feminismo, me uní a Triángulo Negro, una organización de mujeres, y me di cuenta de que muchas habíamos vivido experiencias muy dolorosas antes de entender que teníamos derecho de expresar libremente nuestra orientación sexual, sin miedo, sin castigos y sin señalamientos.  En el 2007 volví a la cárcel, conocí historias de las otras mujeres atravesadas por el machismo, al salir, vuelvo a Triángulo Negro, que pasaba por un momento de crisis y se acaba. Yo quería hacer algo, entonces, con otras mujeres lesbianas, nos reunimos a conversar en un bar sobre temas feministas”.

Alegres conversatorios feministas

Advierte Cristina Hurtado que: “Femm nació como una fiesta en el año 2007, luego, en el 2008, muchas mujeres que se juntaron para bailar, hicieron de Femm un espacio de formación y cualificación y así nacieron los “Conversatorios Femm”, realizados en la Fundación Universitaria del Área Andina y en bares de personas aliadas”.

De esta forma: “En el año 2011 decidimos dar un salto de gran importancia para nosotras ya que fue en ese periodo cuando empezamos con nuestra primera versión de una Escuela de Formación Feminista en Derechos Humanos totalmente autogestionada para la cual nos apoyó Profamilia”, advierte la activista.

La resistencia

El 28 de junio, Día Internacional del Orgullo Lgbti (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales), se llevan a cabo actos que la comunidad Lgbti celebra anualmente de forma pública para instalar la igualdad de su colectivo. Este día se conmemoran los disturbios de Stonewall, Nueva York, Estados Unidos, de 1969, que marcaron el inicio del movimiento de liberación homosexual.

La idea de “orgullo Lgbti” nace del hecho de que ninguna persona debe avergonzarse de su sexo biológico, su orientación sexoafectiva, su identidad sexual o su rol de género.