El pensamiento antiimperialista del recordado director de VOZ se vio marcado en el último tiempo por su abnegada solidaridad con la hermana República Bolivariana de Venezuela
Hernán Camacho
@camachohernan
El estudio de la situación social y revolucionaria de Venezuela siempre ha tenido un espacio privilegiado en la elección de los temas que la redacción de VOZ realiza semanalmente para balancear la edición que circula, así como para planificar los siguientes materiales. Es una de las muchas herencias que se conversan del anterior director en el trabajo periodístico del semanario.
“En eso no se vacila”, decía el camarada Carlos Lozano Guillén cuando se analizaba la coyuntura venezolana, las relaciones binacionales y los discursos de su amigo y presidente Hugo Chávez Frías.
Chávez, Lozano y la revolución bolivariana tienen un hilo conductor que parió el último esfuerzo de paz entre la guerrilla de las Farc-EP y el Estado colombiano que llevó a la firma del acuerdo de paz como un paso fundamental en la transformación social del país.
No estaba en los cálculos políticos de ningún analista que en el año 2012 se iniciaría la fase exploratoria del proceso de paz en suelo bolivariano. Chávez y unos pocos funcionarios de su entera confianza lo sabían. En Colombia, Lozano y otras personalidades trabajaban como hormigas, con un alto grado de discreción, para consolidar el inicio de un proceso de paz impensable en aquel momento por las vicisitudes de la guerra.
El político
En ese entonces, Carlos Lozano hubiera podido revelar una de las chivas más importantes para Colombia en este siglo, pero decidido a anteponer la línea del Partido Comunista y la solución política al conflicto, a la primicia periodística, guardó silencio absoluto mientras cumplía al pie de la letra las tareas demandadas tanto por los gobiernos de Venezuela y Colombia como por la insurgencia de las FARC-EP.
“No importa que VOZ no tenga la chiva, lo más importante es que el periódico titule algún día: “Llegó la paz a Colombia”, me dijo Lozano en una entrevista previa al lanzamiento de su libro “La paz sí es posible”.
Por Hugo Chávez tenía un especial respeto. Lo conoció antes de ser presidente y conversó con él siendo mandatario. El día que falleció el presidente venezolano, nos dio una lección de periodismo al pleno de la redacción.
Conocida la fatal noticia salió corriendo al periódico y de forma solitaria comenzó a planear la siguiente edición. El acontecimiento mundial no podía esperar. Escribió una semblanza y una crónica de sus encuentros con Chávez. Le dio crédito a las teorías que hablan sobre el cáncer inducido y de inmediato buscó fuentes en el gobierno venezolano para tantear la situación al interior del Palacio de Miraflores. Siempre le contestaron el teléfono, era el camarada Carlos Lozano.

Chávez y la paz
Un día después del fallecimiento del comandante, Lozano dictaba una charla en la Universidad Pedagógica Nacional a propósito de su libro “La paz sí es posible”. En esa oportunidad habló sobre Chávez: “Él personalmente jugó un papel muy importante en el proceso de paz que se adelanta en La Habana, Cuba. Además de mis afinidades me impresionaba su infinito amor por Colombia”.
Ya en marcha el proceso de paz y en funciones de periodista, Lozano fue invitado a la cadena de noticias latinoamericana Telesur para analizar las elecciones presidenciales entre Óscar Iván Zuluaga y Juan Manuel Santos. Al siguiente día de la primera vuelta electoral, Carlos Lozano Guillén, entregó declaraciones en una rueda de prensa en las instalaciones del Partido Comunista de Venezuela.
El interés de los camaradas del Partido del “gallo rojo” era escuchar el análisis de las elecciones en voz de Lozano, entender cómo el triunfo del candidato Zuluaga podría echar al traste el proceso de paz y cuáles serían las repercusiones para el continente con una posible vuelta del uribismo al poder.
“En caso de elegir al uribismo el país retornaría a la guerra, a la degradación del conflicto con mayor intensidad. Con el criterio que todo es válido para derrotar a la insurgencia y sobre todo apoyado en los grupos paramilitares que ustedes aquí en Venezuela conocen como actúan”, señalaría Lozano.
Sin embargo, advertía algo muy importante: “Juan Manuel Santos debe tener otro tono con la izquierda, hablar de paz y de erradicar las causas sociales del conflicto”. El resultado lo conoce la historia: Santos fue elegido gracias a los votos de la izquierda. Para el Partido Comunista Colombiano primó el bien superior, la paz. De nuevo Lozano seguía cumpliendo la tarea.
Admiración al proceso
Lozano señalaba en suelo venezolano que las causas de la guerra interna en Colombia no dependían de la solidaridad internacional de países vecinos, Venezuela uno de ellos, sino de la voluntad guerrerista de una oligarquía atrasada, antidemocrática, anticomunista y arrodillada a los intereses del imperialismo. “Tenemos una oligarquía con un atraso político que se resiste a los cambios”, dijo en aquella oportunidad.
Por la revolución bolivariana profesaba un infinito respeto y admiración. Cada vez que visitaba el hermano país volvía con elevada moral revolucionaria, narraba con ojo de cronista los resultados de cada una de las misiones que el gobierno chavista ejecutaba.
La “Gran Misión Vivienda Venezuela” le llamó especial atención la última vez que tocó suelo venezolano, por la posibilidad de darle a los sin techo un hogar construido en revolución. Hoy esa política social ha entregado más de tres millones de viviendas gratis.
Lozano era un convencido que los derechos devueltos a la gente por cuenta de la revolución chavista eran el alimento suficiente para que los hostigamientos imperialistas no triunfaran. La historia le ha dado la razón.
Hoy la revolución se mantiene a pesar del bloqueo en su economía, al hostigamiento político y diplomático, al cerco mediático y las agresiones directas de los Estados Unidos con intentonas de invasión, tales como la desactivada en días pasados.
Venezuela es muestra de la lealtad de un pueblo con un proceso de transformación social que está privilegiando a la gente. “En VOZ no se agota la solidaridad con Venezuela. Tenemos un deber revolucionario con el hermano pueblo bolivariano”, repetía Lozano en la redacción del semanario.
Medios
El programa de entrevistas “Paz por Lozano”, emitido por el canal Telesur, fue otro impulso al proceso de paz que se adelantó en La Habana. Muchos no lo saben, pero la orientación vino directamente del presidente Nicolás Maduro. Por lo tanto, la propuesta de la compatriota y directora del canal Patricia Villegas era construir un espacio que fuese la punta de lanza para romper el cerco mediático.
En pleno diálogo de paz, la batalla mediática se agudizó en Colombia, se necesitaban otros medios que pudieran entregar información veraz en torno al día a día de los diálogos, pero, sobre todo, profundizar la idea que la paz si es posible, y detrás de ella, las transformaciones sociales. Con disciplina revolucionaria, Lozano asumió el reto luego de consultarlo con la dirección del Partido.
“Los medios están dominados por los grupos económicos nacionales e internacionales, razón por la cual los contenidos difundidos deforman la realidad y no les brindan garantías de participación a todos los actores del espectro político, un ejemplo de esto es que los medios alternativos se ven excluidos de la pauta oficial. La paz tiene una estrecha relación con los cambios democráticos que deben darse en una sociedad, incluido el acceso a los medios de comunicación”, fue su primer editorial para televisión. Hoy, a dos años de su fallecimiento, su legado se mantiene vigente.
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