Zabier Hernández Buelvas
@ZabierHernndez
El paro no para. Hasta el momento, hemos ganado como nunca antes pero no es suficiente, y esto, diría que es el punto de partida para caracterizar el momento en que estamos y hacia dónde vamos. Lo intento a partir de un collage de reflexiones y preguntas.
¿Y si disminuimos el congreso a la mitad? ¿Y si acabamos con el Esmad? ¿Y si depuramos a toda la Policía y las Fuerzas Armadas expulsando y procesando a todo aquel que haya cometido violaciones de derechos humanos? ¿Y si aprovechamos para poner en marcha un proceso de restablecimiento de la independencia de la justicia y los órganos de control Contraloría y Procuraduría, entregándole por derecho a la oposición la dirección de dichos órganos para garantizar así un verdadero equilibrio de poderes?
Tumbamos la ley de reforma tributaria, tumbamos a dos ministros (Carrasquilla y Blum), tumbamos la lesiva reforma a la salud, tenemos paralizadas las grandes economías capitalistas que son el poder detrás de los títeres del gobierno, hemos neutralizado la política militarista, criminal y de tierra arrasada que ha lanzado Uribe y su cúpula militar contra el pueblo que ha respondido con valentía, masividad y recursivamente.
Por eso, algunos jóvenes se convirtieron en reporteros y sus celulares capturaron las imágenes de policías y miembros del Esmad poniendo en movimiento el aparato de terror y muerte del régimen. El país se encuentra mejor informado y se pone a pensar en serio en una disolución inmediata de este aparato represivo, así como en una revisión profunda de las doctrinas que orientan la formación de las Fuerzas Armadas.
¿Y si en medio de la lucha logramos consolidar la unidad popular, étnica y campesina?, ¿Y si no negociamos con este régimen y dejamos que el pueblo llegue hasta donde quiera y pueda llegar? ¿Y si definitivamente derrocamos a este Gobierno? ¿Y si no negociamos, sino, que nos empoderamos y democratizamos el país y expropiamos a los expropiadores? ¿Y si disminuimos el presupuesto de guerra y aumentamos el presupuesto de la educación pública? ¿Y si elegimos un gobierno y un congreso que acabe con la Ley 100, le quite la naturaleza de mercancía a la salud y por tanto le acabamos el negocio a los bancos y se construyan hospitales públicos dotados óptimamente?
Aunque el país sigue militarizado, el Gobierno y los militares no han podido debilitar la decisión de lucha del pueblo, esta se agiganta. Hemos aislado internacionalmente al uribismo fascista y lo más importante, hemos ganado en conciencia política e identificamos los enemigos de la democracia y la inclusión social. Hemos ganado como pueblo: confianza, autoestima y la opción de gestionar cambios profundos.
¿Y si todas las líneas se mueven a tomarse las ciudades? ¿Y si convertimos los cuarteles en aliados del pueblo? ¿Y si el sueño deviene realidad? ¿Y si hacemos de la revolución una realidad? ¿Y si convertimos este país en un territorio de ciencia, poesía, música y arte?
La posibilidad de transitar del sueño a la realidad reposa en la voluntad y conciencia de los miles de militantes, mujeres y hombres del Partido y la Juventud Comunistas que hemos estado en todas las líneas de batallas contra este régimen opresivo. Estas jornadas constituyen también un homenaje a los caídos y a los heridos y la exigencia de que aparezcan los desaparecidos.